¿Ilegales o ilegalizables?
Me dirijo a usted para denunciar una situación que afecta a cientos de miles de ciudadanos de este país, cuya voz, por desgracia, no se suele oír muy a menudo. Me refiero a los residentes extranjeros en régimen general, que deben renovar su tarjeta de trabajo y residencia cada año. Para realizar dicha tarea en la Comunidad de Madrid es necesario pedir cita por teléfono y no existe otro modo de hacerlo. Pues bien, llevo tres días llamando ininterrumpidamente a dicho teléfono sin que me lo hayan cogido ni una sola vez. No me imagino lo que tienen que sufrir los inmigrantes sin teléfono que deben pasar horas llamando desde una cabina.
Cuando llamo a otros teléfonos de la Delegación de Extranjería y de Asuntos Sociales me informan de que, efectivamente, el número de operadores es absolutamente insuficiente para la cantidad de inmigrantes de Madrid y que no soy la primera en quejarme. ¿Por qué tiene que ser tan difícil pedir una cita telefónica cuando se puede hacer la declaración de la renta por Internet? ¿Por qué en Madrid no se pueden pedir las citas vía e-mail, como en Barcelona? No es que sea difícil legalizar la situación de un inmigrante a pesar de que lleve años trabajando, es casi imposible.
