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Entrevista:Isaías Pérez Saldaña | Consejero de Agricultura y Pesca | NUEVO GOBIERNO

"Las ayudas europeas van a ir a menos"

Alejandro Bolaños

La Junta reclamaba 150 millones más para el aceite español y sólo se lograron 20, y ahora el reparto del 30% dependerá del criterio estatal con el riesgo de que haya ayudas que se deriven a otra autonomías. En el algodón, se mantiene el nivel de ayuda, pero el 65% se dará al agricultor aunque no cultive, lo que puede llevar al desmantelamiento del sector industrial que depende del algodón. Esos son los resultados de las reformas de los cultivos mediterráneos fijada por la UE, que han llevado al nuevo consejero de Agricultura, Isaías Pérez Saldaña, a un inicio de legislatura complejo y acelerado.

Pregunta. ¿Usted se esperaba una responsabilidad como ésta?

Respuesta. Realmente no esperaba que, pudiendo mantenerme en el Gobierno, lo fuera en una materia de esta naturaleza...

"En el sector pesquero hay que pensar en más tiempos de descanso, pero remunerados"
"El Ministerio se ha comprometido a que el aceite andaluz no pierda ni un euro"

P. ¿Y sabía que, en muchas quinielas, no figuraba en el nuevo Gobierno andaluz?

R. De alguna forma hubiera entendido que después de ocho años [en Asuntos Sociales] y además teniendo en cuenta que el campo de la política social daba un salto cualitativo, realmente tenía difícil poder permanecer en el Gobierno. Pero no es menos cierto que siempre he asumido retos y este reto es importantísimo. El día anterior a ser alcalde no tenía ni idea de serlo y me mantuve en el cargo durante dos legislaturas con mayoría absoluta. Y el día que el presidente, en 1996, me encargó la Consejería de Asuntos Sociales, pues igual. Ahora tengo más idea por dos razones: nací junto al mar y mi familia está unida al sector pesquero. Y, como alcalde, me tocó iniciar la vida agrícola de Ayamonte.

P. Usted y la nueva ministra de Agricultura, Elena Espinosa, han debido aprender muy rápido.

R. Yo me acuerdo más de la ministra, porque creo que ha habido poca lealtad por parte del Gobierno anterior, todo el mundo sabe que si la negociación, que se inició nueve meses antes de la decisión del día 22, no se había culminado es porque al ministro no le interesaba antes de las elecciones. A mí me ha tocado tener una relación estrechísima con todos los sectores, desde las primeras y antes de las primeras horas de mi toma de posesión.

P. ¿Cómo es posible decir que una reforma es satisfactoria y luego recurrirla, como va a ocurrir con el algodón?

R. Aquí hay que partir de que el ex ministro [Miguel Arias] Cañete y sobre todo la comisaria [Loyola de] Palacio, de alguna forma han sido desleales, porque en junio del año 2003, se toma el acuerdo de que el paquete mediterráneo es un paquete global donde se incluyen las OCM [organiza-ción común de mercado] y reglamentos de ayuda, lo que impide disgregar las negociaciones. En segundo lugar, se sentó un principio, el de la no transferencia de recursos de países a países ni de cultivos a cultivos. La verdad es que en cuanto a la OCM del aceite, que se aprueba en 1998, la reforma cumple una de las cuestiones previstas y otra no. Se cumple el acuerdo de que a Portugal se le reconozca la superficie de 30.000 hectáreas más y a Francia 3.500, lo que supone 23 millones de euros comprometidos desde 1998 y que se aprueban el día 22 de abril. La segunda de las cuestiones es que en 1998 se aprobó un periodo transitorio para hacer una radiografía del olivar, que serviría para ver de la diferencia de la producción real de España con la cuota que se le asignó en 1998. Eso no se cumple, de modo que el 22 de abril sólo hay 43 millones de aumento, de los cuales 23 están comprometidos y hay otros 20. Por dignidad, la ministra no los aceptó en contraprestación al resto de acuerdos. Lo hizo el día 26 cuando se resolvió el problema del algodón.

P. El problema del algodon lo resuelven repartiendo el mismo dinero en menos superficie, 70.000 hectáreas, lo que deja sin ayuda a otras 20.000 hectáreas.

R. A cambio de rebajar el número de hectáreas, conseguimos que pudiera mantenerse el algodón como un sistema productivo y con ello seguir manteniendo el mayor número posible de desmotadoras. Con las organizaciones agrarias haremos un plan estratégico del algodón para, en primer lugar, determinar quiénes serán los que se mantengan en esas 70.000 hectáreas; en segundo lugar, hay que ver cómo conseguimos rebajar los costos, que son muy altos y estudiar la inclusión en esas mejoras de una línea de transgénicos. Pero eso no condiciona la presentación del recurso. El Acta de Adhesión de España a la Unión, como derecho primario, incluyó la producción algodonera, que es andaluza en un 95%. Y ahora, se quiera o no, tan sólo se está incentivando la producción del 35% del algodón y eso, desde las organizaciones agrarias y desde aquí se entiende que es un recorte a un derecho.

P. En el aceite, la Junta creía necesarios 150 millones más para que el olivar español lograra el mismo nivel de ayuda que otros países europeos. Se logran 20.

R. La Junta lo que hizo en ese momento, adecuadamente, es luchar por la máxima cantidad para evitar una segunda parte que yo espero que se evite, que es el trasvase de dinero de comunidades a comunidades. Yo quiero recordar y así se lo he hecho ver también a la ministra, que el secretario general de Agricultura y Alimentación, Fernando Moraleda ya ha afirmado, con absoluta publicidad y rotundidad, que el reparto del sobre nacional del aceite, Andalucía no saldrá perjudicada en ningún caso, no tendrá ni un euro menos de lo que venía recibiendo.

Después de dos legislaturas al frente de Asuntos Sociales, Isaías Pérez Saldaña tiene el difícil encargo de gestionar un sector como el agrario, que en los próximos años tendrá que abrirse necesariamente al mercado ante la previsible reducción de fondos europeos. La reforma de las ayudas al algodón y el aceite, aprobada por la UE en los primeros días de su mandato ha sido, como el mismo reconoce, su "bautismo de fuego".

P. Las ayudas aportan a los olivareros el 30% de sus rentas, ¿no es más importante fomentar su comercialización?

R. Con las ayudas, el problema es la competencia dentro de la Unión, mientras que el apoyo a un productor italiano es del 50%, en el caso de Andalucía es apenas del 30%. Pero sí, la comercialización será fundamental: con la ampliación de la Unión Europea, hemos ampliado en millones el número de posibles clientes. De las ayudas europeas tenemos que pensar cada día que van a ir a menos. No podemos olvidar que España, desde el día 1 de mayo, es la clase media de Europa, nuestros problemas ya no son los mismos que cuando se produjo la adhesión. La modernización, las nuevas tecnologías, los criterios medioambientales..., ahí están los retos. Con la ampliación de la UE, hay una gran oportunidad.

P. La comercialización está más afianzada en el sector hortofrutícola pero, ¿cree que hay agua para tanto regadío o incluso para ampliarlo?

R. En primer lugar, la reclamación de esta comunidad era 28.000 hectáreas más de lo que contemplaba el Plan Nacional de Regadíos, donde casi no había nuevos regadíos para Andalucía. Es un compromiso del ministerio que sobre todo afecta al Andévalo, en Huelva, donde hay una grave crisis económica y no hay problemas de agua. En el caso de Almería, se cambia el agua del trasvase del Ebro, una obra que iba en contra del medio, que era irracional, por las propuestas de la ministra de Medio Ambiente, que ha garantizado 360 hectómetros cúbicos por la vía de la reutilización, la desalinización y los bancos excedentarios de agua. Y es fundamental el proceso de modernización de 300.000 hectáreas de regadíos para aumentar la rentabilidad.

P. Los productores se quejan de que retienen porcentajes muy pequeños del precio de venta.

R. Cuanto más acerquemos el vendedor al comprador, menos intermediarios habrá y la producción tendrá más beneficios tanto para el productor como para el que compra. Los mercados virtuales, Internet y las nuevas tecnologías serán los elementos que acerquen cada día más al que produce y al que compra.

P. Tras el fin del convenio pesquero con Marruecos, apenas ha habido alternativas para el sector, ¿sólo queda la reconversión?

R. Primero quiero salir al paso de alguna interpretación interesada de la acción de la ministra con Marruecos. España no puede establecer acuerdos pesqueros con Marruecos, no es ese el camino, pero ha hecho muy bien la ministra y ha generado una expectativa interesante de que Marruecos pueda cambiar su posición respecto a la Unión Europea. Nuestros barcos tuvieron que venir al Golfo de Cádiz que tiene una situación muy compleja, porque hay más barcos de los que pueden estar y entre ellos mismos se están produciendo conflictos. En esta próxima semana mantendré el primer encuentro con los armadores y las cofradías de pescadores, para reunir a la comisión de seguimiento y desde ese ámbito buscar salidas. Yo creo que hay que plantearse, al igual que se hizo en otros sectores desde la Unión Europea, que es necesario trabajar menos tiempo en la mar, en mejores condiciones, pero que hay tiempos de descanso en la mar que tienen que ser remunerados por la Unión Europea.

Por sorpresa

No hubo sorpresa en que el sillón de Agricultura quedara libre -la designación de Paulino Plata como titular de Turismo fue una de los pocos aciertos en las quinielas previas-, pero sí en su nuevo ocupante, al que muchos apostantes, incluso en su propio partido, le hacían fuera del nuevo Gobierno andaluz. Isaías Pérez Saldaña (Ayamonte, 1949) reconoce que se llevó una sorpresa, aunque no por el hecho de permanecer en el Ejecutivo andaluz sino por su nueva tarea. De él ya dijeron que salía del Gobierno andaluz tras su primera legislatura al frente de Asuntos Sociales, una consejería que se desgajó de Trabajo al inicio de su mandato como consejero, en 1996.

De su paso por Asuntos Sociales, quedó la imagen de un consejero detallista, buen comunicador, pero que tuvo relaciones tumultuosas con su propio equipo, del que salío una decena de altos cargos. La dimisión de su viceconsejera, María José Rodríguez (un peso pesado en el PSOE sevillano) y el caso de las irregularidades en las ayudas a la Federación de Asociaciones Romaníes de Andalucía (FARA) en 2001 fueron sus momentos más delicados.

Ante las reformas de los cultivos mediterráneos, que le ha pillado con muy pocos días al frente de la Consejería, Pérez Saldaña ha tirado de experiencia y de un intenso trabajo que incluye fines de semana: la primera reunión con el sector, aún con el nombramiento pendiente, fue un domingo, y esta entrevista, un sábado. Esa experiencia le ha permitido afrontar conferencias de prensa con más empaque que la ministra de Agricultura, Elena Espinosa -con escasa experiencia en el sector y la administración- y tensas reuniones con el sector.

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