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Zapatero se entrevista con Maragall y elogia las "ansias de libertad" de Cataluña

Ambos presidentes detallarán en una próxima reunión la reforma del Estatuto y la financiación

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, elogió ayer las "ansias de libertad" de Cataluña en su primera visita al Palau de la Generalitat como jefe del Ejecutivo. El elogio lo dejó por escrito en el Libro de Honor de la Generalitat, donde firmó "emocionado" antes de entrevistarse durante 45 minutos con el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall. Zapatero visitó Barcelona con motivo de la inauguración del Fórum de las Culturas, con lo que ambos dejaron para una próxima reunión en La Moncloa entrar en el detalle de las dos grandes reformas -la del Estatuto y la del sistema de financiación- que quiere impulsar cuanto antes el presidente de la Generalitat.

Chaves se reunió por la mañana con Montilla y el jefe del Gobierno catalán

Zapatero y Maragall pasearon sonrientes por el Pati dels Tarongers. Estaban como de fiesta: no sólo por la inauguración del Fórum, sino porque muy pocos habían creído en los últimos meses que una reunión como la de ayer llegaría a ser posible: en las autonómicas del pasado noviembre, Maragall quedó cuatro escaños por debajo de Artur Mas y ninguna encuesta pronosticaba el triunfo de Rodríguez Zapatero el 14-M. Además, ambos mandatarios, que se tienen una admiración mutua desde el congreso del PSOE de 2000, vivieron episodios de máxima tensión como consecuencia de las sucesivas crisis en el Gobierno catalán por la entrevista de Josep Lluís Carod con la cúpula de ETA.

Con indisimulada satisfacción, Zapatero firmó ayer en el Libro de Honor de la Generalitat, en la sala Virgen de Montserrat del Palau de la Generalitat: "Para la Generalitat de Cataluña, siendo presidente Pasqual Maragall, con mi devoción por este país, su historia, su cultura, sus ansias de libertad y progreso. Es un día muy especial. Con todo mi cariño y lealtad". Cada una de estas palabras sonó a música celestial en los oídos del tripartito catalán, que antes de las elecciones generales se preparaba para hacer frente a la presidencia del conservador Mariano Rajoy.

Hacía 16 años que ningún presidente del Gobierno entraba en el Palau de la Generalitat. El último fue Felipe González para visitar la capilla ardiente de Josep Tarradellas, el primer presidente de la Generalitat tras el franquismo.

Zapatero admitió su "emoción" por visitar el Palau de la Generalitat como presidente del Gobierno. En diciembre, en la toma de posesión de Maragall, Zapatero incluso saludó desde el balcón a los ciudadanos que celebraban la constitución del Gobierno tripartito, un gesto tan inusual que provocó la protesta de Convergència i Unió (CiU). Ayer no llegó a tanto, pero Zapatero fue aplaudido por varios ciudadanos al entrar en el Palau. Le acompañaban, entre otros, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos; el de Industria, José Montilla, y el delegado del Gobierno en Cataluña, Joan Rangel. En la puerta le esperaba el presidente de la Generalitat.

La entrevista de ayer se planteó más como una celebración que como una reunión formal de trabajo para discutir a fondo las importantes reformas que ambos se han comprometido a emprender en esta legislatura. Para entrar a fondo en ambas cuestiones se reunirán próximamente en La Moncloa. Ambos estaban de acuerdo en que una primera entrevista formal de trabajo en el Palau de la Generalitat en lugar de en La Moncloa hubiera podido provocar malestar en el resto de presidentes autonómicos.

"Hemos hablado de nada y de todo", se limitó a comentar Zapatero tras la reunión, y añadió que de la reforma del Estatuto y del sistema de financiación ya hablarán más adelante. El Gobierno central y el catalán se proponen debatir con la máxima discreción, para evitar que negociaciones sobre asuntos tan sensibles se malogren por una palabra dicha de más en público.

La reciente polémica generada por las declaraciones del ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, insinuando que el nuevo modelo de financiación no entraría en vigor hasta la próxima legislatura, les ha puesto más alerta que nunca sobre la necesidad de máxima discreción. Ayer mismo, el presidente de la Junta de Andalucía y del PSOE, Manuel Chaves; el ministro de Industria, Turismo y Comercio y primer secretario del PSC, José Montilla, y el presidente de la Generalitat, tres de los actores clave en el debate sobre las reformas anunciadas, mantuvieron por la mañana una discreta entrevista en el Palau.

Los últimos contactos han sentado las bases para acotar el punto de partida de las negociaciones. El modelo de financiación empezará a debatirse tras la aprobación de los Presupuestos y el Gobierno central abonará a la Generalitat parte de la deuda que ha asumido como consecuencia de cambios de la normativa estatal. Las negociaciones se desarrollarán en paralelo a las del Estatuto. El Parlamento catalán prevé aprobar en otoño su propuesta, que será respetuosa con la Constitución.

Zapatero y Maragall, en el Pati dels Tarongers.
Zapatero y Maragall, en el Pati dels Tarongers.JOAN SÁNCHEZ

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