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Columna
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Compromisos

No entiendo que el delegado del Gobierno para Andalucía, José Antonio Viera, puede oponerse a la creación de una comisión que investigue las causas por las que fracasó el rescate de una patera que naufragó en las costas de Tarifa. Un naufragio en el que resultaron muertos 37 inmigrantes. No se entiende, porque si algo se puso de manifiesto en este naufragio fue lo incomprensible que resultó que, a poco más de 200 metros de la orilla, estos inmigrantes no recibieran ayuda alguna de los servicios de salvamento. Se ahogaran uno tras otro.

Una tragedia tan irreal que provocó una cascada de declaraciones contra los responsables del Gobierno, entonces del PP. Eran los encargados de disponer de un Servicio de Salvamento que permitiera atender con una mínima eficacia una situación, al menos, de esta naturaleza, en estas y con estas circunstancias. Negarse ahora, como ha hecho el nuevo delegado de Gobierno, a abrir una investigación es querer cerrar los ojos. Es querer y pasar página ante esta tragedia. Es no querer conocer sus causas.

Es posible, y así puede decirse, que el motivo de este posicionamiento pueda encontrar su justificación en el hecho de que la investigación no se vea como un intento de ataque al PP. Es una lectura.

Sin embargo, y muy a pesar de esta lectura, las manifestaciones del entonces consejero de la Presidencia, Alfonso Perales, descalificando al también entonces subdelegado del Gobierno en Cádiz y tachando a todo el PP de negligente y mentiroso, no dejan margen a esta maniobra. Exigen esta comisión de investigación. Es necesario saber las causas de esta tragedia. Hay que conocer si existió algún tipo de responsabilidad, como también si los servicios eran los adecuado en esta zona marítima. Los muertos se merecen este respeto. Los ciudadanos también. No se puede pedir una cosa en la oposición y decir otra desde el Gobierno.

Esperemos, confiemos, que los Ministerios de Interior y Fomento estudien el caos de Rota y lo investiguen. Esperemos, y confiemos también, que cuando se habla a los ciudadanos y los ciudadanos dicen que sí, que se actúe como se habla. Que se sepa que se contrae un compromiso. Hay que cumplir.

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