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Los sindicatos coinciden el 1º de Mayo en declarar la guerra a la subcontratación

CC OO y UGT llaman a Confebask "la patronal más reaccionaria"

Pedro Gorospe

Los sindicatos vascos volvieron a visualizar ayer, durante la celebración del Primero de Mayo, la división que no han sabido superar desde que en 1993, CCOO y ELA, firmaron el último acuerdo conjunto para promover el empleo y la industrialización. Miles de trabajadores se repartieron la Gran Vía de Bilbao para no coincidir: primero desfilaron los simpatizantes de ELA, LAB, STEE-EILAS y EHNE, y una hora después los de UGT y CC OO. Los secretarios de ELA y LAB, José Elorrieta y Rafa Díez Usabiaga, encabezaron la primera de las marchas tras el lema "Langileak, burujabe. Luchar merece la pena". Josu Onaindi y Dámaso Casado encabezaron la segunda tras un cartel que decía: "Tus derechos: empleo seguro y estable. No a la subcontratación".

La denuncia de la subcontratación fue el nexo de unión entre ambos bloques sindicales. Unos y otros cargaron contra esta práctica empresarial y de las administraciones públicas que criticaron como una de las principales causas de la siniestralidad laboral y de la precariedad de los trabajadores vascos.

En medio de fuertes críticas al Gobierno autonómico -sobre todo desde los sindicatos nacionalistas- y a la patronal -por parte de UGT y CC OO-, todos los dirigentes se conjuraron en contra de la eventualidad, que en Euskadi triplica la media europea (entre el 20% y el 30% de los empleados vascos están en esa situación). La subcontratación, señalaron, es la culpable de abrir unas brechas cada vez más insalvables entre empleados, que por el mismo trabajo tienen diferencias salariales de hasta el 60%.

La externalización de labores propias de la empresa o de la Administración pública con el objetivo de abaratar costes está creando, además, un mercado de mano de obra barata que se ceba en quienes más sufren el desempleo, las mujeres y los jóvenes.Más allá de la denuncia general de la precarización del empleo y de la inseguridad en el trabajo, la desunión de los sindicatos vascos reflejada en las dos marchas separadas tambión tuvo su plasmación en los discursos. ELA y LAB pusieron el acento en la demanda de soberanía, y en duras críticas a la política del Gobierno vasco. El secretario general del sindicato mayoritario ELA, José Elorrieta calificó de "compromiso", la apertura "de un proceso soberanista, civil y democrático", en Euskadi, con el objetivo de conseguir el "ámbito vasco de decisión". Desde LAB, Rafa Díez Usabiaga precisó en la misma línea que no es hora de parches constitucionales o de modificaciones estatutarias, sino de "lograr un escenario que reconozca a Euskal Herria su condición de sujeto político con derecho a decidir su futuro, su modelo institucional y a tomar decisiones en el ámbito económico, laboral o social".

El secretario general de UGT, Dámaso Casado, respondió a ambos al final de la manifestación que desarrolló junto a CC OO: "Las patrias y las fronteras no son nuestra prioridad".

Críticas al Gobierno vasco

La manifestación de los sindicatos nacionalistas fue multitudinaria. En el tramo central dedicaron mensajes concretos a dos empresas alavesas que están atravesando serios problemas: Pferd Ruggeberg, más conocida como Caballito por su logotipo, cuya plantilla lleva más de seis meses en huelga, y Newell, que ha anunciado el cierre de su planta en Vitoria, que dejará a un centenar de trabajadores en la calle.

Las críticas al Ejecutivo vasco por parte de los sindicatos nacionalistas alcanzaron su cenit en el pasado más reciente con motivo de su decisión de firmar a finales de 2003 el convenio de la Administración autonómica con las centrales minoritarias, CC OO y UGT. Pero a este desencuentro se han sumado posteriormente nuevos motivos. Jose Elorrieta cargó con extrema dureza contra el Gabinete de Ibarretxe por su aplicación de los servicios mínimos en los conflictos que están afectando a servicios mínimos , y aprovechó para extender sus dardos a los partidos políticos que, en torno a Eudel, están "dando la nota en lo que a las subcontrataciones se refiere y en contra de la vivienda social".

Pero fue incluso más concreto cuando se refirió a la consejería de Industria, a la que acusó de trabajar "exclusivamente al servicio de los empresarios" cuando, según dijo, "estos chantajean a los trabajadores con deslocalizaciones".

ELA reconoce que toda la negociación colectiva está abierta y anuncia que no va a aceptar convenios que no respondan a la situación económica. El pasado año, el 40% de los trabajadores se quedaron sin convenio sectorial y, tal y como va la negociación es probable que este año la cifra, aumente. El 20% de los trabajadores que sí firmaron convenios, lo hicieron en base a acuerdos de eficacia limitada negociados con sindicatos minoritarios en el sector o empresa.

UGT y CC OO culpan sobre todo a ELA de una situación que consideran que perjudica directamente a los trabajadores y da muchas ventajas a los empresarios. "Tenemos la patronal más reaccionaria de España", dijo Casado en referencia a que la patronal ha propuesto en la mesa del metal de Álava la aplicación de la cláusula de ultra-actividad en los convenios. "Con unidad sindical la patronal no se atrevería a plantear estas cosas", dijo.

En un comunicado conjunto, UGT y CCOO, quisieron dedicar buena parte de la jornada a la solidaridad con los trabajadores asesinados en el atentado del 11-M, y a dar la bienvenida a los procedentes de los nuevos países que se incorporan a la UE. El secretario general de CCOO Josu Onaindi reclamó el papel de los sindicatos en la defensa del empleo seguro y en el mantenimiento del Estado del Bienestar.

A diferencia de los sindicatos nacionalistas, que concentraron la celebración en Bilbao, CC OO y UGT también organizaron manifestaciones en las otras dos capìtales. En Vitoria, alrededor de un millar de personas participaron en la marcha reivindicativa, a la que acudieron también representantes y cargos en las instituciones alavesas del PSE-EE y de EB-IU.

En San Sebastián, y en un ambiente festivo, los participantes se congregaron al mediodía en el Boulevard, desde donde recorrieron varias calles.

Jose Elorrieta, Rafael Díez Usabiaga y otros dirigentes sindicales encabezan la manifestación de las centrales nacionalistas en Bilbao.
Jose Elorrieta, Rafael Díez Usabiaga y otros dirigentes sindicales encabezan la manifestación de las centrales nacionalistas en Bilbao.F. DOMINGO-ALDAMA

Globos y pintura

Las manifestaciones se desarrollaron en la más absoluta normalidad, sin incidentes, ni enfrentamientos, salvo el que protagonizó un grupo de parsonas que salió de la manifestación de ELA y LAB, al superar la marcha la plaza Elíptica y embocar el tramo inicial de la Gran Vía. Sus integrantes personas arrojaron botes con pintura roja, amarilla y verde, además de huevos, contra las paredes de los principales bancos situados a izquierda y derecha. El BBVA, la BBK, el Banco Popular,y el Banco Guipuzcoano cambiaron de color, y la fachada de la sede de Euskaltel,empresa a la que acusan de incentivar las subcontratas, acabó forrada de pegatinas denunciando ese hecho. Dos encapuchados pegaron carteles con la palabra "ladrones" en la sede de esos bancos y pintaron con lemas en contra de la precariedad laboral.

Más allá de esos sucesos, el resto de la jornada se desarrolló en un ambiente festivo, con música y globos por toda la Gran Vía. Las charangas fueron las encargadas de cerrar los discursos con versiones clásicas de una Internacional cuya letra cada vez es más ignorada por los manifestantes.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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