Un altavoz para la multiculturalidad

La iniciativa es novedosa, y a la vez muy atractiva. El Ayuntamiento de Gandia ha creado un grupo de trabajo, ligado al servicio bibliotecario municipal, que integran representantes de los 18 colectivos de otras tantas nacionalidades diferentes que residen en la ciudad (Alemania, Argelia, Bolivia, Bulgaria, Ecuador, Colombia, Francia, Irlanda, Lituania, Reino Unido, Ucrania, Rusia, Marruecos, Rumanía, Senegal, Uruguay, Argentina y China). El objetivo del proyecto es crear una plataforma para que estos grupos propongan actividades, expresen sus inquietudes, y lo que es más importante, participen de la vida cultural del municipio, con un fin: ayudar a su integración. En Gandia viven actualmente más de 10.000 mil extranjeros.

Gandia, con 10.000 extranjeros, crea una junta de participación de 18 países en las actividades de la biblioteca municipal

El germen del proyecto surgió de la biblioteca municipal central. Los responsables del servicio, que dirige Àlvar Garcia, habían constatado un importante incremento del uso de las instalaciones de internet por parte de extranjeros (una media de cien conexiones diarias). Advirtieron además que uno de los primeros carnés que estos colectivos tramitaban cuando se asentaban en la ciudad era precisamente el de la biblioteca. Pero, paradójicamente, apenas hacían uso del servicio de préstamo de libros. "Nos planteamos que debíamos hacer algo para que estas personas tuvieran incidencia en la ciudad y responder de forma inmediata a sus necesidades", explica Àlvar Garcia. La propuesta se presentó a la Comisión municipal de Cultura, y todos los partidos políticos (PSPV, Bloc y PP) dieron su visto bueno.

La iniciativa se concretó con la creación de una junta de representantes. "Buscábamos personas con interés por la cultura, con conocimientos del castellano, y a poder ser del valenciano, y que pudieran ser capaces de comunicarse con sus colectivos", señala Gisela Sendra, coordinadora del proyecto. La Junta Bibliotecària de Participació Multicultural fue presentada a la sociedad gandiense el pasado 23 de abril, el Día Internacional del Libro.

El grupo ya ha empezado a trabajar. El Ayuntamiento ha asignado a cada interlocutor 300 euros, que se destinarán a la compra de material (libros, diccionarios, periódicos, CD) en su idioma de origen para incorporarlo a la biblioteca, y se está preparando una página web que permita el acceso a la prensa internacional.

Naima Ben Maarouf, representante de Marruecos en la junta, asegura que la iniciativa servirá de "ventana al mundo", una puerta para que los gandienses conozcan la cultura árabe. Considera que el proyecto puede ser fundamental para que los hijos de los colectivos de extranjeros que residen en la ciudad, en su caso el marroquí, "no pierdan sus raíces", y puedan encontrar en la biblioteca actividades como la recuperación de juegos tradicionales o cuentos infantiles de sus países.

Carlos Arteaga, portavoz de Ecuador y Colombia, ve en la iniciativa una importante herramienta para superar ese cierto "temor" del inmigrante a ser rechazado, y al contrario, los reparos de los residentes autóctonos a sus nuevos vecinos. Goumbala Cheik (Senegal) se suma a esta inquietud. Asegura que "la gente tiene miedo al inmigrante", y ve en la iniciativa una vía para romper prejuicios. Los miembros de la junta discuten ya propuestas, desde ferias multiculturales, cursos, lecturas, muestras gastronómicas, de música, danza. "Personas de distintos países estamos demostrando que podemos unirnos sin que se produzcan diferencias. Este proyecto puede ser humanitariamente un ejemplo de convivencia", apunta Juan Carlos García, representante de Uruguay.