Realidades virtuales
Hace ahora cuatro años, una película de extraña factura pero de fascinante desarrollo, Cube, puso en circulación el talento de un insólito cineasta, el canadiense (lo es a pesar de su nombre) Vincenzo Natali. La película sirvió para confirmar la férrea capacidad del neocineasta para la creación de un tempo narrativo de imparable avance, algo que también hace, y cómo, en esta Cypher, una elusiva, aviesa y decididamente impactante peripecia que hace del juego con la realidad virtual (o si se prefiere, con la memoria) su misma razón de ser.
En verdad, el filme, que cuenta las vicisitudes de un alto ejecutivo de una empresa farmacéutica inopinadamente convertido en espía de secretos de alta tecnología, se plantea como un productivo cruce entre Desafío total y Memento. O lo que es lo mismo, que estamos ante una historia que juega de manera constante y torrencial con la causalidad y con las expectativas del espectador, constantemente tomado de sorpresa por una trama que lo vapulea, desorienta y entretiene a modo.
CYPHER
Dirección: Vincenzo Natali. Intérpretes: Jeremy Northam, Lucy Liu, David Hewlett, Nigel Bennett. Género: ciencia ficción, Canadá-EE UU, 2002. Duración: 95 minutos.
Pero una descripción como ésta corre el riesgo de no hacer justicia a un filme que es mucho más que un simple juego más o menos inteligente para atrapar espectadores. Como ocurre también en otras películas contemporáneas (en la espléndida Demonlover, de Olivier Assayas, desafortunadamente inédita aún en España), aquí la reflexión se plantea a un nivel más ambicioso: se trata, ni más ni menos, de ver de qué manera el hombre común, el ciudadano cualquiera, se ve arrastrado, incluso a su pesar, por corporaciones que lo sobrepasan y cuyo poder no es capaz no ya controlar, sino ni siquiera concebir: como podrá comprender cualquier cinéfilo, no estamos muy lejos del Alfred Hitchcock de Con la muerte en los talones, aquí algo más que una obligada cita cinéfila.
De manera que un filme que, es bien cierto, adolece de cierta previsibilidad, se convierte no obstante en un apasionante rompecabezas presidido por un hombre de memoria cero, un personaje inquietante al cual el rostro impasible de Jeremy Northam brinda una hipnótica cualidad de desconcertante espejo. Formalmente brillante y arteramente discursivo, Cypher es una de las propuestas más innovadoras e interesantes que haya brindado el cine independiente norteamericano en los últimos tiempos.
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