Fuego y devastación
JOSE REINOSO | Pekín
Grandes cráteres, vías retorcidas, cascotes por todos lados. Devastación. Cuando Brendan McDonald, director de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU en Corea del Norte, llegó el pasado sábado tras cuatro horas de viaje a la estación de Ryongchon, situada unos 20 kilómetros al sur de la frontera con China, se encontró con un panorama desolador. "En 500 metros a la redonda todo había sido arrasado, no quedaba nada en pie".