El reto de un desarrollo sostenible para el futuro

El Estado de bienestar ha vivido profundos cambios en España en estos últimos años, especialmente en lo que se considera la etapa de la transición centrista y en los primeros años de los gobiernos socialistas. Esta obra, precisamente, aborda los principales debates que ha vivido la opinión pública española desde finales de los años sesenta hasta los momentos actuales en torno a los complejos procesos de reestructuración de ese modelo de bienestar que la dictadura franquista, por causas obvias, jamás quiso ofrecer a la ciudadanía.

El autor, sobre ese contexto general, y partiendo de la base de que el Estado de bienestar es un modelo de reproducción social y de orden político, aborda su evolución desde sus aspectos más relevantes: la evolución e impacto redistributivo del gasto social, los conflictos sociales y políticos en torno a la política social y los problemas centrales del debate sociopolítico, como es el amplio debate sobre el tema de las pensiones.

Pero la obra también se enfrenta a algunos de los retos de la política social en los años venideros: la protección de la dependencia, la exclusión social y la inmigración económica, y ofrece una reflexión sobre las posibles y futuras tendencias del Estado de bienestar.

Rodríguez Cabrero, doctor en Ciencias Económicas y catedrático en la Universidad de Alcalá de Henares, llega a la conclusión de que la actual fase de la reforma social en transición -profundamente ideológica a pesar del aparente objetivismo abstracto e inexorabilidad de la globalización- ha sumido en la perplejidad intelectual y en actitudes defensivas a los partidarios de la profundización y renovación de la reforma social, entendida como desarrollo de los derechos sociales. Y defiende la idea de que lo fundamental es pensar cómo hacer avanzar la reforma social en su triple contenido de despliegue de la democracia social y política, del desarrollo económico y de la satisfacción de las necesidades sociales y humanas.

Un objetivo nada fácil, pero sobre el que comienza a plasmarse un acuerdo que pivota sobre la convicción de que el Estado del bienestar es pieza fundamental de regulación y financiación, como garantía de producción de servicios básicos y como factor de cohesión social. El autor, sin embargo, no se detiene ante esta realidad y defiende la idea de que también es crucial la participación de la sociedad civil en ese desarrollo de la reforma social.

También el mercado tiene nuevos espacios, aunque el problema consiste en saber cuál ha de ser el modelo de ciudadanía social que la sociedad está dispuesta a desarrollar: si un modelo de solidaridad colectiva flexible, eficaz, seguro, abierto a variadas combinaciones institucionales en las que el Estado ocupe un lugar estratégico o, por el contrario, un modelo de individualización de aseguramiento; o qué combinaciones son las óptimas para garantizar un sistema de derechos sociales para todos, es decir, sin exclusión ni fragmentación social.

La respuesta a esta encrucijada constituye el futuro gran reto de la sociedad española, para el que el autor recomienda negociación y consenso, aunque considera inevitables los conflictos sociales, especialmente para articular un desarrollo económico sostenible, derechos sociales para todos los ciudadanos y una mayor participación cívica.