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Reportaje:

Cemento bien armado

La mexicana Cemex cuadruplica su beneficio en el último trimestre y reduce su endeudamiento pero frena su expansión mundial

La cementera mexicana Cemex, la tercera productora a escala mundial, ha cerrado el primer trimestre de 2004 con unos resultados contundentes (su beneficio neto se multiplicó por cuatro) y un ajuste de estrategia. La ola de adquisiciones con la que consiguió establecerse en 30 países, a costa de un endeudamiento duramente criticado por los analistas, parece haber finalizado. Los esfuerzos de la dirección se concentran ahora en mantener su deuda bajo control.

Desde la sede aseguran que mantienen los ojos abiertos ante cualquier oportunidad. Una de las grandes interrogantes es su entrada en China

Cemex, una empresa familiar con sede en un enclave industrial de Monterrey, una ciudad de unos tres millones de habitantes en el norte de México, batalla desde hace más de una década en un campo global. Fábricas colocadas en 30 países que abarcan cinco continentes llevan la bandera de la primera multinacional mexicana. La cementera se ha instalado a golpe de talonario en destinos tan remotos como Egipto o Indonesia. Y otros como España o Estados Unidos, donde muchas de las multinacionales que invaden el mercado mexicano tienen su cuartel general, también han sucumbido ante la ola expansiva que la ha transformado en el tercer productor mundial de cemento, sólo superada por la francesa Lafarge y la suiza Holcim.

La ofensiva de Cemex ha enriquecido sus arcas, pero al mismo tiempo ha supuesto un difícil esfuerzo financiero con altos niveles de endeudamiento. Ahora, 13 años después de que Cemex iniciara su expansión desembarcando en España con la compra de Valenciana de Cementos por unos mil millones de euros, la empresa ha retocado su estrategia y ha frenado, de momento, sus operaciones de adquisición. El primer trimestre de este año ha dejado unas cuentas extrañamente saneadas, con una deuda por debajo de los 5.600 millones de dólares. Las ganancias de la empresa en el primer trimestre, además, han aumentado drásticamente con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, y han pasado de 81 millones de dólares a 311 millones. En todo el año pasado, la empresa obtuvo ganancias netas de 628 millones de dólares,

Estos son cambios bienvenidos por los analistas del sector, que han criticado duramente la estrategia de Cemex de colocar sus fichas en el mapamundi a base de préstamos. Desde 1985, cuando Lorenzo Zambrano, nieto del fundador de Cemex, tomó las riendas de la empresa, su objetivo ha sido la expansión. La primera gran adquisición fue la de Valenciana en 1992. Entonces, los analistas auguraban que el endeudamiento de la empresa terminaría por hundirla. No fue así. Después, en 2001, Cemex entró en el mercado de Estados Unidos después de gastar 2.600 millones de dólares. En ese momento, la deuda de la empresa estaba por encima de los 6.000 millones de dólares, una cifra que era casi igual al de su facturación. Al final del año pasado, los esfuerzos de la empresa ya se concentraban en reducir su nivel de endeudamiento, y cerraba el ejercicio con una deuda de 5.600 millones de dólares. La clave para Cemex ha sido aumentar sus ingresos y mantener un nivel de endeudamiento relativamente fijo. Ahora, los analistas agradecen que la empresa haya metido el freno a sus operaciones de compra y que haya decidido equilibrar sus cuentas.

Presencia en España

España fue la primera puerta que cruzó Cemex en su carrera por hacerse con una operación internacional que la colocara en el escalafón de las primeras empresas del sector. La inversión, que en su momento fue considerada arriesgada, no tardó en pagar dividendos y, impulsada por el boom inmobiliario, fue una pieza integral en su estrategia de expansión. Héctor Medina, vice-presidente de planeación y finanzas de Cemex, explica que el mercado español les ha permitido mantener cierta estabilidad en las cuentas de la empresa. Después de México y Estados Unidos, España es el mercado que más ingresos proporciona para sus cuentas. Las ventas en el último trimestre sobrepasaron los 295 millones.

A pesar de que la empresa no ha vuelto a quedar bajo la lupa de los analistas por su peligrosa mezcla de financiar sus compras con altos niveles de endeudamiento (hace tres años que no lleva a cabo una adquisición), desde la sede en México aseguran que mantienen los ojos abiertos ante cualquier oportunidad. "El problema es que en los últimos años no hemos visto ofertas atractivas". Una de las grandes interrogantes es China, un mercado pujante y con mucho potencial para el sector de la construcción. Cemex, sin embargo, se mantiene cautelosa y al acecho en ese mercado. "Llevamos 10 años estudiando entrar allí; esperaremos el momento correcto", sentencia el directivo de la empresa.

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