Prioridades políticas
Las referencias a la nueva amenaza terrorista, por un lado, y a las reformas constitucionales, por otro, estuvieron en el centro de los discursos del Rey y del presidente de las Cortes, Manuel Marín, en la sesión de apertura de la VIII Legislatura. A la reforma constitucional se refirió también el presidente del Gobierno en la toma de posesión de Francisco Rubio Llorente como presidente del Consejo de Estado.
La respuesta al terrorismo islamista es la prioridad inmediata en este inicio de legislatura. La eficacia demostrada por la policía en la identificación y detención de los autores de la matanza del 11-M ha sido unánimemente reconocida. Pero la propia investigación ha revelado fallos graves en la prevención: se subestimaron indicios esenciales; se valoró equivocadamente el papel que Al Qaeda asignaba al territorio español en su estrategia, pese a que 66 de sus miembros habían sido detenidos desde el 11-S; se dedicaron pocos efectivos policiales a tareas de información sobre este terrorismo; hubo fallos de coordinación, etcétera.
El nuevo director del Centro Nacional de Inteligencia, Alberto Saiz, que llega al cargo sin experiencia previa, tendrá como primera misión verificar dónde se produjeron los fallos y buscarles remedio. La investigación en curso en Estados Unidos sobre errores similares en relación al 11-S es un ejemplo que el Parlamento español no puede ignorar. En todo caso, será esencial que las medidas que adopte el Gobierno cuenten con el máximo respaldo parlamentario.
Las reformas de la Constitución (y de algunos estatutos de autonomía) marcarán seguramente el calendario político de los próximos cuatro años. Deberán abordarse, dijo el Rey, "con el mismo espíritu de consenso" con que se redactó. Algo no sencillo, porque es evidente, como recordó el presidente de la Cámara, que existen visiones e intereses muy diferentes en relación a esas reformas. Para que prosperen se necesita el acuerdo entre los dos grandes partidos, que representan al 80% de los votantes. Pero quien impulsa la reforma, el PSOE, necesita del apoyo de aliados nacionalistas para completar mayoría, y sus propuestas no son necesariamente coincidentes. Todo ello podría conducir a la parálisis o, por el contrario, a la dinamización de la vida política. Porque, como también recordó Marín, la armonización de ideas e intereses diferentes es lo propio de la Política con mayúsculas. Se abre una legislatura en la que el talento político volverá a ser una necesidad.
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