Asesoramiento científico a los parlamentarios

Los cambios parlamentarios producidos al hilo de las diferentes legislaturas tienen, a veces, el beneficio de la renovación pero pueden también echar al traste iniciativas que estaban a medio concretar. La finalización de los períodos parlamentarios , en efecto, hace "decaer" las propuestas acordadas por las cámaras pero no concretadas por el Gobierno . Tal fue el caso de la iniciativa del senador Miguel Ángel Quintanilla que, a finales de los años ochenta, conseguía , a través de la Comisión Mixta Congreso-Senado de Ciencia y Tecnología, hacer avanzar su propuesta de crear una Oficina de Asesoramiento Científico a los parlamentarios de las Cortes Generales... pero que decayó al no concretarse antes de acabar la legislatura.

Tales Oficinas hace tiempo que existen en distintos países de Europa. Tienen forma y organización diferente pero los mismos objetivos : Primero, ayudar a los parlamentarios a conocer mejor las implicaciones de los temas científicos sobre los que debaten y así poder legislar mejor. Segundo ( ¡y muy necesario!), fortalecer el papel de las Cámaras legislativas frente al poder ejecutivo. Tercero, ayudar a la divulgación de conocimientos científicos en la sociedad. Estas Oficinas de Asesoramiento Científico a los Parlamentos se agruparon en una Red Europea, el año 1990. La existencia de tal red EPTA, European Parlamentary Technology Assessment, fue imaginada por Lord Kennet de la Oficina británica POST (Parliamentary Office of Science and Technology) y actualmente cuenta con 12 miembros ( Francia, Italia, Inglaterra, Alemania, Holanda, Parlamento Europeo...) y 4 asociados (Consejo de Europa, Austria, Bélgica...) que se reúnen periódicamente, intercambiando conocimientos y experiencias .

Que España no esté todavía en tal red EPTA " es una anomalía", según me escribió David Cope , el amable y competente Director de POST, cuando le pedí información sobre EPTA hace poco más de un año. En febrero de 2003, la Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado aprobaba una Moción instando al Gobierno a dar su opinión sobre la conveniencia o no de crear tal Organismo en España puesto que aunque tal Oficina debe estar bajo control parlamentario, para cumplir el segundo de los objetivos señalados, era evidente que, dada la dinámica de los partidos en nuestro país, sin el visto bueno del Gobierno no se podía avanzar. La respuesta del mismo, muy positiva, no llegó hasta octubre de 2003 y, entre otras cosas, decía:

"El Gobierno considera que es conveniente y posible crear, por las Cortes Generales, un órgano propio que le preste asesoramiento científico y tecnológico y manifiesta su mejor disposición para colaborar con el poder legislativo en la creación de este órgano y en el desarrollo de la función de asesoramiento científico y tecnológico por las Cortes Generales. Asimismo, el Gobierno considera que, una vez creado dicho órgano, sería conveniente y posible asociarse a la red EPTA para cooperar e intercambiar experiencias con los otros Parlamentos europeos miembros de esta red".

Durante los meses de noviembre y diciembre -a pesar del aberrante alud de leyes al que estuvimos sometidos en las Cámaras- se tuvo todavía tiempo para acudir como observadores a una Conferencia de EPTA en Bruselas y a que se redactase, por parte del Dr. Luis Sanz , del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, un documento con diversas opciones para concretar la Oficina Parlamentaria de Asesoramiento Científico de las Cortes Generales. Tal propuesta está encima de la mesa del Presidente del Senado, que recibió la idea positivamente.

Como la propuesta aprobada en el Senado ha formalmente "decaído", una de las primeras tareas de los parlamentarios que en la próxima legislatura estén interesados en el progreso científico en nuestro país ha de ser que tal propuesta se concrete finalmente y España entre de una vez a formar parte de EPTA.

Josep Varela i Serra ha sido portavoz de CiU en la Comisión de Ciencia y Tecnología en el Senado (legislatura 2000-2004)