Moratinos intenta convencer a EE UU de que España sigue siendo un aliado
El ministro de Exteriores se reúne hoy con Condoleezza Rice y Powell
El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, llegó anoche a Washington con el difícil cometido de valorar y moderar, en sendas entrevistas programadas hoy con la consejera nacional de Seguridad, Condoleezza Rice, y el secretario de Estado Colin Powell, el verdadero estado de las relaciones con EE UU tras la decisión española de retirar las tropas de Irak. Moratinos tratará de convencer a sus interlocutores de que España seguirá prestando una valiosa ayuda en la lucha antiterrorista internacional y por la democracia en Irak.
Estas citas estaban planteadas inicialmente como el tramo final de una negociación llamada a evitar el repliegue, pero el inesperado anuncio del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el pasado domingo, las sitúa en una perspectiva bien diferente: no se trata ya de evitar nada, salvo las eventuales situaciones de descoordinación y vacío de poder durante el repliegue, que el mismo domingo dijeron temer los portavoces de la Casa Blanca.
Este último es un tema técnico que, en rigor, compete más bien al titular de Defensa, José Bono, aunque Moratinos tendrá que garantizar al menos que habrá voluntad política de resolverlo. Eso sí, no podrá ceder sobre el plazo de cinco semanas ya anunciado para concluir la retirada.
Frente a cualquier tentación de hacer descarrilar el diálogo entre tandas de reproches por lo ocurrido, el responsable de la diplomacia española esgrimirá el valor democrático de la decisión, su carácter de compromiso electoral ineludible, y orientará la atención hacia el interés objetivo de España y EE UU para seguir cooperando con un horizonte menos inmediato.
Las perspectivas no son alentadoras, porque el comedido Powell, un político que, según ha confirmado el periodista Bob Woodward, ha mantenido más que diferencias sobre Irak con el Gobierno al que pertenece, ya expresó claro malestar cuando su colega español le llamó el sábado para anunciarle la retirada.
Powell ofreció hace un mes en Madrid el máximo esfuerzo para que la ONU tuviera en Irak una presencia acorde con los deseos expresados por José Luis Rodríguez Zapatero. Pero, en las últimas semanas, las nuevas autoridades españolas han visto con claridad que ni la situación sobre el terreno posibilita que el organismo internacional asuma el control político, ni EE UU está dispuesto a transferir el control militar, segunda condición necesaria para que las tropas se quedaran.
Más preocupante, por su virulencia, fue la reacción del presidente George W. Bush, que, según su portavoz, Scott McLellan, calificó de "abrupta" la retirada española, cuando Zapatero le telefoneó el lunes, y exigió a España que se abstenga de dar "falsas esperanzas" a los terroristas. Este tono, desabrido e inhabitual en la diplomacia internacional, podría reaparecer en el reencuentro de Moratinos con Rice, una de las dirigentes más radicales y próximas al presidente norteamericano.
El firme compromiso del Gobierno con la lucha antiterrorista internacional será la primera baza que Moratinos esgrimirá para neutralizar eventuales ataques. Reiterará la intención de mantener, y eventualmente ampliar en el contexto del eurocuerpo el contingente desplegado en Afganistán, y no descartará la posibilidad de un retorno de las tropas a Irak, si, en el futuro, la ONU llegara a hacerse cargo de la situación.
Colaborar sin militares
Moratinos -que ayer por la mañana se reunió en Dublín con su colega irlandés, Brian Cowen, para hablar sobre la retirada de tropas de Irak- insistirá en la determinación española de cooperar en todos los foros multilaterales para lograr este objetivo. Pero también recordará que España "no se lava las manos" en Irak, y que, incluso ahora, se puede cooperar en la estabilización democrática del país con fórmulas no militares. El propio ministro ha citado algunas, y en especial el mantenimiento de las ayudas pactadas durante la Conferencia de Donantes celebrada en Madrid o la aportación de expertos para formar a las fuerzas de seguridad iraquíes.
Anoche, antes de abordar estos contactos, Moratinos se reunió con el alto representante del Consejo Europeo, Javier Solana, que visitó ayer los mismos despachos que hoy esperan al ministro de Exteriores.
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