El Gobierno francés promete estudiar un paso ferroviario por el Pirineo aragonés
El nuevo trazado no estaba previsto en el plan de infraestructuras presentado en 2003
El presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, obtuvo ayer una promesa del ministro francés de Transportes, Gilles de Robien, para acelerar los estudios del proyecto de travesía ferroviaria del Pirineo aragonés, que estarán acabados este año. Iglesias espera que en 2017 exista un nuevo túnel ferroviario para descongestionar el tráfico de mercancías entre Francia y España, soportado actualmente por 17.000 camiones diarios y que hará necesarios otros 15.000 para cubrir las necesidades previstas en los próximos 20 años. Aragón quiere que se aproveche la Plataforma Logística de Zaragoza.
El compromiso actualiza un proyecto que el Comité francés de Infraestructuras, celebrado en diciembre pasado, no incluyó en su programa de aquí a 2025. Tras una reunión presidida por el primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, el último mapa publicado por ese comité menciona una travesía "central" de los Pirineos, sin trazado alguno. El nuevo paso quedará realmente situado en el mapa si Francia lo incluye en su programación a medio o largo plazo, como ha hecho la Comisión Europea, que lo considera "de interés general" para Europa.
No se trata sólo de abrir otra puerta, sino de apostar por el ferrocarril. Actualmente, sólo un 4,5% del tráfico de mercancías francoespañol se realiza por vía férrea: la carretera soporta el 95,5% restante, con la consiguiente muralla de camiones visible en las autopistas que conducen a Irún y La Jonquera. En 1985 atravesaban los Pirineos entre 3.000 y 4.000 camiones diarios, cifra que se elevó a 17.000 en 2002, convirtiendo en cuellos de botella los pasos que existen en los extremos de la cadena montañosa. El desarrollo de las economías española y portuguesa, la situación de España como gran cliente de Francia y, en un horizonte más lejano, el desarrollo del norte de África van a provocar una explosión del volumen de mercancías.
La tendencia a limitar la velocidad y preservar el medio ambiente hacen impensable que las carreteras puedan absorberlo todo. El Gobierno francés opta por desviar una parte hacia barcos de gran capacidad que enlacen a diario sus puertos en el Atlántico (Nantes o La Rochelle) con el norte de España (Bilbao, principalmente), impulsando -de paso- la construcción naval. Hay otro proyecto similar para conectar grandes puertos del Mediterráneo.
Marcelino Iglesias, presidente de Aragón, está de acuerdo con ese sistema, pero "no es suficiente". Por eso insiste respecto al nuevo enlace ferroviario, que le parece complementario (y no alternativo) a los demás. El presidente de Aragón defiende la reapertura del paso ferroviario por Canfranc -cerrado desde 1970- como parte de un eje Pau-Canfranc-Huesca-Zaragoza y su futura continuidad hasta Sagunto, "una conexión ferroviaria comercial y eficaz", a juicio del Gobierno aragonés.
Conectar áreas económicas
La estrategia consiste en conectar el área económica de Zaragoza con las aglomeraciones de Toulouse y Burdeos, que puede llegar a ser muy importante en el terreno de la distribución, dada su magnífica posición geográfica entre Madrid, Barcelona y la comunidad valenciana. Las regiones francesas limítrofes con la aragonesa (Aquitaine y Midi-Pyrénées) comparten el proyecto, según Iglesias.
Esa estrategia pretende aprovechar la Plataforma Logística que el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza han empezado a construir en terrenos próximos a la capital aragonesa. "Probablemente es la mayor de Europa", precisó el presidente aragonés.
En torno al aeropuerto se está desarrollando un dispositivo de 1.200 hectáreas de superficie, dotado de infraestructuras para la clasificación y gestión de mercancías y servicios, con capacidad para interconectar todos los modos de transporte (aéreo, ferroviario, por carretera...). El objetivo es acoger a 350 empresas y trabajar con más de cinco millones de mercancías anuales.
Dar prioridad al ferrocarril no es óbice para que el presidente de Aragón insista también en la necesidad de mejorar la carretera que conduce al túnel de Somport, que en el lado francés sigue siendo local, para decepción de la apuesta española por ese nuevo eje que pretende ser de alta capacidad.
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