PÍLDORAS

Alcohol y gota

La inveterada creencia de que el consumo de alcohol favorece el desarrollo de la gota ha sido confirmada finalmente en una investigación rigurosa y a gran escala. Un estudio prospectivo realizado con cerca de 50.000 varones muestra que beber cerveza está asociado más intensamente con la gota que beber otras bebidas alcohólicas de mayor graduación, mientras que el consumo moderado de vino no se asocia con un riesgo de esta enfermedad. El consumo de alcohol causa hiperuricemia (elevación del ácido úrico en la sangre), que al depositarse en las articulaciones acaba causando la enfermedad gotosa. Esta asociación se sospechaba desde antiguo, pero hasta ahora no había sido probada en un estudio prospectivo. De las 47.000 personas estudiadas durante 12 años, 730 acabaron desarrollando gota, y el análisis estadístico del consumo de alcohol de los participantes reveló que cuanto más alcohol consumían éstos, mayor era el riesgo que tenían de sufrir la enfermedad (The Lancet, 17 de abril de 2004).

La depresión en España

Los médicos de atención primaria tratan al 76,4% de los pacientes que acuden a la consulta con síntomas depresivos, el 40% de los abandonos de la medicación se produce en la fase inicial del tratamiento, y más del 50% de los pacientes que incumplen la terapia vuelven a la consulta pasados unos meses por recaídas. Estos son algunos datos que se reflejan en el reciente Libro Blanco de la depresión, y que se desprenden del primer estudio nacional sobre la actuación de los médicos de atención primaria en esta enfermedad. El perfil del paciente depresivo, en este nivel sanitario, es el de una mujer de 53 años, con síntomas de tristeza, apatía o insomnio. Elena Villalva, médico de familia que ha colaborado en la elaboración del libro, considera que los resultados del trabajo son el punto de partida para insistir en la necesidad de adoptar una nueva actitud hacia el paciente depresivo, centrada en una mejor información y seguimiento. La depresión afecta a unos seis millones de españoles y la mitad de ellos están sin diagnosticar.- C. G.

Falsos hipertensos

El diagnóstico de la hipertensión por debajo de los 35 años no tiene prácticamente sentido. Esto es lo que viene a concluir un estudio epidemiológico que indica que los médicos que miden de forma rutinaria las cifras de tensión arterial en las personas menores de 35 años tienden a generar tantos diagnósticos correctos como incorrectos de hipertensión. El estudio, realizado por el epidemiólogo Tom Marshall, de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), con 13.000 personas menores de 35 años, llegó a la conclusión de que el diagnóstico de la hipertensión en jóvenes debe hacerse con mucho cuidado porque, aunque se pasara por alto un diagnóstico cierto de hipertensión, los jóvenes tienen un riesgo muy bajo de desarrollar enfermedad cardiovascular, mientras que si se determina un falso positivo (el individuo es diagnosticado como hipertenso sin serlo), este error médico puede significar que el joven podría ser sometido a un tratamiento de por vida.