Álava pierde su segunda empresa en una semana al anunciar Expal su cierre
Unos 200 trabajadores alaveses han sido informados esta semana de que se quedan sin trabajo. A la decisión adoptada el pasado martes por la dirección de la multinacional Newell Rubbermaiden de cerrar su planta de Vitoria, con 111 empleados, se suma ahora el cierre de Explosivos Alaveses (Expal), la firma instalada en Iruña de Oca, con 84 empleos.
La dirección de Unión Española de Explosivos (UEE), grupo al que pertenece Expal y que fabrica granadas, morteros y proyectiles para tanques, comunicó el pasado jueves a los sindicatos que procederá al cierre de la empresa en julio, después de varios años de declive. Según la dirección, la planta produce en torno al 20% de su potencial total, al no haber pedidos y no poder almacenar armamento por razones de seguridad. La dirección presentará el expediente ante la Delegación de Empleo y a los sindicatos el próximo martes.
La compañía, que en los años 80 tenía más de 300 empleados, tuvo que acogerse a las ayudas que el Gobierno vasco ofreció en 1993 a las empresas en dificultades. La patronal alavesa SEA ya advirtió que el caso de Newell podría no ser el último.La empresa está integrada en concreto por dos compañías: la planta productora, con 72 empleos, cuya denominación es ECIA, y Expal, que opera como la división de I+D, con otros 12 trabajadores. Sus productos, muy demandados en los 80, son morteros, granadas y munición para tanques, aunque en la actualidad apenas si salían unidades de sus instalaciones.
La empresa trasladó el jueves a los sindicatos que está dispuesta a absorber los puestos que se pierdan en las plantas de UEE de Navalmoral de la Mata (Cáceres) y Páramo de la Masa (Burgos).
El secretario general de Químicas de UGT en Álava, Agustín Plaza, criticó ayer el anuncio de la empresa de trasladar a los trabajadores a Cáceres y Burgos, "porque la mayoría no van a poder hacerlo". Según recalcó se trata de una medida "cosmética", ya que la media de edad de la plantilla asciende a 50 años, y aunque sea posible resolver la situación de algún empleado, mayoritariamente se van a ver obligados a dejar sus puestos. Fuentes sindicales indicaron que la única razón de trasladar allí a los empleados alaveses es que en Navalmoral los salarios son "la mitad".
Hace seis años, los trabajadores de Expal se rebajaron el sueldo cerca de un 10% y adaptaron su jornada a las 35 horas.
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