El Gobierno catalán sólo ha tramitado dos leyes en los cuatro meses de legislatura
El Ejecutivo tripartito es hasta ahora el menos prolífico de toda la historia de la autonomía
El cambio en Cataluña se alimenta hasta ahora de anuncios, nombramientos y proyectos, pero aún no ha llegado a las leyes. El Gobierno catalán de izquierdas es el que tiene hasta ahora, cuando ya se ha cumplido el primer cuatrimestre de trabajo parlamentario, la producción legislativa más baja desde la recuperación del autogobierno. El Ejecutivo ha remitido a la Cámara sólo dos proyectos de ley -uno de ellos únicamente para retocar la ley vigente-, un registro muy alejado de los 12 proyectos enviados al principio de la quinta legislatura (1995-1999), la mejor marca hasta ahora.
Los grupos parlamentarios que apoyan al Gobierno, el Partit dels Socialistes (PSC), Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa per Catalunya Verds-Esquerra Unida i Alternativa (ICV-EUiA), han empezado a transmitir inquietud por la dificultad que está teniendo el Ejecutivo de Pasqual Maragall para "despegar", en expresión de un destacado parlamentario que respalda al Gobierno.
A pesar de que todos los consejeros han presentado sus proyectos en el Parlament y han anunciado algunas medidas importantes, la realidad es que los proyectos y las proposiciones de ley no llegan de momento a la Cámara catalana. Además, desde que ganó la izquierda, los plenos parlamentarios han pasado de tener periodicidad quincenal a semanal, con lo que la escasez de leyes para debatir se ha hecho todavía más manifiesta.
En esta legislatura, que arrancó formalmente el pasado 5 de diciembre, el Parlament todavía no ha aprobado ninguna ley. Pero es que ni siquiera se ha debatido ninguna y tampoco está previsto hacerlo en el orden del día del próximo pleno, que se celebrará el miércoles. Hasta ahora, los plenos semanales son sólo una sucesión de interpelaciones, mociones y preguntas. Las leyes casi se han convertido en una rareza.
El tripartito ha remitido a la Cámara dos proyectos de ley, la cifra más baja de la historia de la autonomía en el primer cuatrimestre de legislatura, según datos del archivo del Parlament. El objetivo de la primera es modificar la ley vigente de los Mossos d'Esquadra para facilitar la incorporación de agentes de otros cuerpos. Llegó a la Cámara el 30 de diciembre de 2003, pero sigue sin aprobarse. La segunda es para "la mejora de barrios, áreas urbanas y localidades que requieren una atención especial" y fue remitida al Parlament el 17 de marzo. En los 12 días transcurridos del segundo cuatrimestre no se ha remitido ningún otro proyecto legislativo.
Inexperiencia
La comparación con todas las demás legislaturas es negativa para el tripartito. Según los datos oficiales del archivo de la Cámara, en la primera legislatura, pese a que los diputados estaban enfrascados en elaborar el reglamento del Parlament, el Gobierno remitió tres proyectos y una proposición de ley en el primer cuatrimestre. En el arranque de legislatura, en 1984 se tramitaron 9 leyes; en 1988, 4; en 1992, también 4; en 1995, 12, y en 1999, 5, registros siempre superiores al actual.
Fuentes del tripartito justifican la baja producción legislativa por las crisis derivadas del caso Carod, la inexperiencia en el gobierno, la coincidencia con la campaña electoral para las elecciones generales -que también se dio en 1995, el año de mayor producción al inicio de la legislatura- y los "ajustes" entre los tres partidos que integran el Ejecutivo.
La palabra ajustes se utiliza a menudo en el entorno del tripartito como eufemismo para referirse a las discrepancias entre los tres partidos en algunos proyectos. Sean grandes o pequeñas, motivan que de momento el proceso de elaboración de proyectos de ley sea más lento de lo habitual. El reciente decreto para regular la figura de jefe de la oposición lo ejemplifica. ERC lo veía con reticencia y advirtió de que si llegaba al Parlament votaría en contra. Ante esta situación, Pasqual Maragall optó por la vía del decreto, que no se debate en la Cámara. Los consejeros republicanos no lo bloquearon, pero el grupo parlamentario de ERC saltó de indignación. Y ni el detallado y extenso pacto de gobierno ni las exhaustivas leyes redactadas por el Gobierno alternativo que Maragall creó en la oposición acaban de encontrar el camino para llegar al Parlament.
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