La Comunidad quiere que las empresas apliquen 'horarios europeos'

La incorporación de la mujer al mundo del trabajo no se logrará plenamente si no se produce al tiempo una revolución cultural que afecte, fundamentalmente, a los horarios laborales y no tienda a la jornada continua u "horario europeo". Con esa premisa como objetivo, aceptada teóricamente por empresarios y sindicatos, la presidenta regional, Esperanza Aguirre, anunció ayer que quiere convertir a Madrid en ejemplo de "esa revolución pendiente". Para ello, ha puesto en marcha dos iniciativas: un premio, denominado Madrid Flexible, que reconocerá la labor de las empresas que ayuden a compatibilizar la vida familiar y laboral y, simultáneamente, un estudio sobre 3.000 empresas que evaluará la organización del trabajo, así como el coste de los horarios demasiado prolongados.

Ambas iniciativas fueron presentadas ayer por la presidenta regional, acompañada del consejero de Empleo y Mujer, Juan José Güemes, y de Nuria Chinchilla, directora del Centro Trabajo y Familia, que está realizando el estudio entre las empresas.

Güemes precisó que la Comunidad destinará tres millones a actuaciones para conciliar la vida profesional con la personal. La presidenta regional, por su parte, enfatizó que la Comunidad aplicará esa preocupación a sus propias estructuras.