Euforia en Cataluña y malestar en Murcia y la Comunidad Valenciana por el parón al trasvase

El anuncio del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de que suspenderá por decreto el trasvase del Ebro fue recibida con euforia por sus detractores y con gran malestar por los gobiernos de la Comunidad Valenciana (que se dice "ofendido") y de Murcia, sus principales destinatarias. La próxima ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, anunció que en el mismo decreto se incluirá la revisión de las concesiones de agua a los regantes, la construcción de plantas desalinizadoras y la renovación de las infraestructuras para "una nueva política del agua".

El presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, consideró que el líder socialista "vende" a su comunidad "por los ocho votos de ERC", eliminando la "única solución posible" para llevar agua a ese territorio. Camps hizo un llamamiento a la movilización de la sociedad valenciana para defender el trasvase al tiempo que tildaba al PSOE de "peligro" para su "proyecto de futuro".

El consejero de Infraestructuras, José Ramón García Antón, adelantó que la Generalitat, de la que dijo que se siente "especialmente ofendida", trabajará "jurídica y políticamente" para que no se produzca la derogación.

Distintos representantes empresariales y agrarios mostraron igualmente su disconformidad.

El portavoz del Gobierno murciano, Fernando de la Cierva, criticó ayer "las dos caras" que, a su juicio, mostró Zapatero durante su debate de investidura, ya que "primero ofreció diálogo a las comunidades afectadas por el trasvase del Ebro, pero después anunció, por decretazo, que no se iba a hacer". De la Cierva anunció que el jefe del Ejecutivo regional, Ramón Luis Valcárcel, solicitó ayer formalmente una entrevista con el nuevo presidente del Gobierno "para hablar de los asuntos de interés de la región, y sobre todo del agua". "Vamos a tener que acostumbrarnos a esta dualidad de Rodríguez Zapatero de buenas palabras al principio y decretazo después". Zapatero el jueves "por la mañana habló de diálogo, de concertación y de talante, como si se hubiera inventado ayer, aunque nosotros no lo rechazamos porque desde el día siguiente a las elecciones generales tanto Valcárcel como yo mismo dijimos alto y claro que nuestra actitud iba a ser de lealtad institucional y de diálogo". No obstante, llamó la atención sobre el hecho de que Zapatero "se comprometiera, con una ambigüedad estudiada, a mantener las inversiones coherentes con su política de agua de forma dialogada y concertada, y unas horas después, por la tarde, en réplica a Mariano Rajoy, anunció una paralización del trasvase del Ebro por real decreto".

A su vez, el presidente provincial del PP de Almería, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, aseguró que "se ha estado engañando de manera deliberada a la provincia, diciendo por parte del presidente de la Junta, Manuel Chaves, y del secretario general de los socialistas almerienses, Martín Soler, que el Plan Hidrológico Nacional [PHN] tenía que seguir adelante". A juicio de Rodríguez-Comendador, los intereses de los agricultores se van a ver "notablemente" perjudicados, informa María José López Díaz.

Recelos en Almería

Por su parte, el presidente de la Mesa de las Infraestructuras y de la Cámara de Comercio, José Antonio Flores, mostró su apoyo al PHN y anunció la convocatoria de la Mesa para la primera semana de mayo. "No queremos tener ligereza especial y si se nos presenta un proyecto que pueda ser viable y estable para compensar cualquier partida de agua que pueda venir de otro sitio sería estupendo", matizó Flores.

Los regantes mostraron sus recelos sobre las desalinizadoras. El portavoz de la Junta Central de Usuarios del Almanzora, Fernando Rubio, solicitó más información sobre la derogación anunciada y advirtió del elevado precio del agua desalada y de los costes de mantenimiento de las descalificaríamos.

Además de en Aragón, donde la contestación al trasvase ha sido mayoritaria, en Cataluña el movimiento social antitrasvase recibió con euforia el anuncio de la suspensión y abrió el debate sobre su próxima disolución. Los dirigentes de la Plataforma en Defensa del Ebro (PDE) anunciaron una próxima fiesta para dentro de dos meses, que servirá para poner fin a su lucha.

Se ha terminado la pesadilla. Ésta fue la frase más repetida ayer entre dirigentes de PSC, ERC, ICV-EUiA e incluso CiU, que coincidieron en considerar "muerto" el trasvase del Ebro. Muerto pero no enterrado, señalaba el republicano Lluís Salvadó, que pedía prudencia hasta que el consejo de ministros apruebe el Real Decreto que debe finiquitar el trasvase.