Seat suspende los contratos de 415 empleados durante un año
La empresa pide diálogo tras el éxito de la huelga en las plantas
El pulso en Seat por el nuevo convenio se puso ayer al rojo vivo. Mientras los sindicatos pararon todos los centros de trabajo, en una huelga que siguió la práctica totalidad de sus 14.000 empleados, la dirección de la empresa concretó sus amenazas sobre la existencia de un excedente de plantilla y presentó al Gobierno catalán una solicitud de expediente de regulación de empleo durante un año que afecta a 415 personas.
El día, que en Seat arranca con un primer turno de trabajo en la fábrica de Martorell a las 5.45 horas de la mañana, estuvo lleno de paradojas y de medidas de presión recíprocas. Así, mientras, pasado el mediodía, la empresa presentaba una solicitud de suspensión temporal de contratos, sus portavoces subrayaban por activa y por pasiva que esta medida sólo se hará efectiva "si no hay un acuerdo en el convenio", y, sobre todo, que la "voluntad de Seat es negociar y alcanzar un acuerdo".
La misma voluntad de diálogo ha sido reiterada estos días por parte de los sindicatos presentes en el comité de empresa, que, sin embargo, optaron por convocar para ayer una huelga en la fábrica de Martorell, el centro técnico de Seat, el almacén central de recambios y el centro de Zona Franca. Según UGT y CC OO, el seguimiento del paro fue prácticamente total.
2.000 coches menos
Un día de huelga en Seat supone para la empresa, según confirmó ésta, dejar de producir cerca de 2.000 coches. Los servicios mínimos se cumplieron. Sí se produjo un incidente, cuando un miembro del comité de huelga de Seat resultó herido al ser atropellado involuntariamente por el vehículo de un directivo de Zona Franca.
Según el Departamento de Trabajo e Industria, la solicitud de expediente se plantea a partir del próximo primero de mayo y hasta el 30 de abril del año 2005, y las causas aducidas por la compañía son "económicas y de producción". Los afectados principales por este amago de medida son "el personal de producción y coligados de los modelos Córdoba, Ibiza y Arosa".
Llamamiento de Rañé
Los sindicatos rechazaron de plano el expediente, que no consideran justificado y que encajan como una medida de presión. En esta línea volvió ayer a pronunciarse el consejero catalán de Trabajo e Industria, Josep Maria Rañé, quien ha advertido más de una vez que los ERE no pueden utilizarse como arma de presión en la negociación de convenios colectivos, y quien llamó a ambas partes a "resolver sus diferencias". La próxima reunión de la mesa negociadora del convenio es el próximo martes.
El convenio de la discordia que ha motivado este enfrentamiento tiene que ver con la filosofía de la nueva Seat, la que con el lanzamiento inminente del Altea inicia una nueva familia de modelos deportivos, y que, al igual que otros fabricantes de automóviles, pasa por reclamar más medidas de flexibilidad en la producción para hacer frente a los vaivenes de la producción y por la flexibilidad como garantía de la estabilidad en el empleo.
Los sindicatos están de acuerdo con esta filosofía. El escollo reside, sobre todo, en que la empresa quiere que la mayor flexibilidad no le suponga más costes económicos.
El desacuerdo sobre este exigido coste neutro provocó que la empresa dejara hace pocos días sin renovar un acuerdo sobre medidas de flexibilidad pactado con la plantilla en mayo del año pasado, y gracias al cual se evitó una suspensión temporal de empleo que hubiera afectado a 1.100 trabajadores debido al cese de la producción de los modelos Inca y Caddy. Seat quería que la flexibilidad estuviera regulada, acuerdo de 2003 aparte, en el nuevo convenio y, sin un entendimiento sobre el nuevo convenio, consideró papel mojado el acuerdo de flexibilidad del año pasado.
Así, la empresa argumentaba ayer: "Seat carece hoy de herramientas de flexibilidad, y si hay un excedente de plantilla, aprovechamos un mecanismo legal como es el expediente de regulación de empleo temporal".
Los sindicatos apuntan la posibilidad de que dejen de fabricarse los modelos Toledo (el año pasado, la producción cayó el 8,8%) y el Arosa (que en 2003 cayó un 29,6%), por lo que la menor producción agravaría el excedente de plantilla. UGT y CC OO han buscado la complicidad del sindicato IG Metall, presente en Volkswagen, para intentar compensar esta posible caída con el regreso de las 20.000 unidades del modelo Ibiza cuya producción se trasladó hace dos años a Eslovaquia.
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