_
_
_
_

El Jarama y el Guadarrama, entre los más deteriorados

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

La Comunidad de Madrid no puede considerarse un modelo ecológico en lo que a sus ríos se refiere. La Consejería de Medio Ambiente detectó en 2000 hasta diez puntos negros entre los ríos más importantes de la región. Dos de ellos sufren de forma especial el vertido de desperdicios en sus aguas: los ríos Jarama y Guadarrama.

En este último, se llegó a detectar hasta un 90% de vertidos en su caudal en 1998. Fue a raíz de un estudio del parque regional del Guadarrama cuando se detectó que "la contaminación del curso fluvial tiene su origen fundamentalmente en los vertidos urbanos, con un caudal que puede alcanzar valores diez veces superiores a los que tiene en régimen natural de estiaje".

En este sentido, el estudio indicó que "todavía quedan muchos núcleos urbanos y urbanizaciones que no cuentan con un sistema de depuración de aguas residuales y municipios con un servicio insuficiente para las necesidades de una población creciente".

Este problema lo causan los 42 núcleos urbanos e industriales que vierten en el Guadarrama, "y son numerosos los que echan sus aguas sin depurar a los cauces de los ríos y arroyos", señaló el estudio.

Sobre todo en verano, alertó, "la contaminación del río en su cabecera es máxima, y antes de entrar en su tramo medio [...], ya presenta una contaminación importante, donde la calidad del agua prácticamente no es apta para ningún uso".

No apto

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

La situación en el río Jarama, del que el río Manzanares es un afluente, no es mejor. El Plan Hidrológico reveló entonces que el Jarama soportaba la polución que producirían ocho millones de personas. En ese sentido, el Gobierno declaró que las aguas de ese caudal "no son aptas para ningún uso". La Comunidad de Madrid, por su parte, declaró que "el Jarama no es un río natural, sino que se alimenta de aguas depuradas".

Ya por entonces el documento del Plan Hidrológico alertaba sobre la responsabilidad en la calidad de las aguas del Jarama de los vertidos en el río Manzanares: "Aunque la mayor parte de los vertidos se depuran", señaló, "las características y tratamiento de los [vertidos] provenientes del área metropolitana de Madrid condicionan la calidad de todos los tramos. Las aguas en su desembocadura, a pesar de la mejoría detectada en los últimos años, tiene un contenido en materia orgánica, nutrientes y contaminación bacteriológica tan elevado", que no resultan aptas para ningún uso, y menos para el consumo humano. La responsabilidad de los vertidos del Manzanares en otros caudales se confirma en el estudio municipal elaborado en 2004.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_