"¡Me hubiera gustado tener esta pregunta por escrito antes!"

La broma de Bush -"¡Me hubiera gustado tener esta pregunta por escrito antes!"- no era tanta broma. La pregunta a la que se refería debería haber sido anticipada por su equipo, pero le cogió por sorpresa. Fue ésta: en la etapa posterior al 11-S, ¿cuál ha sido su mayor error y qué lecciones ha aprendido? En una Administración que no admite equivocaciones, el presidente es el primero en negarlas. Bush se debatió entre la línea oficial y el sentido común, y el resultado fue -tras unos angustiosos segundos de silencio- una de las habituales explicaciones de retorcida sintaxis: "Estoy seguro de que algo me vendrá a la cabeza en esta conferencia de prensa, bajo la presión de intentar buscar una respuesta, pero todavía no me ha venido". Al final, Bush dijo: "Espero que esto no suene como que no he cometido errores. Estoy seguro de haberlos cometido. Simplemente no tengo... Es que me ha puesto bajo los focos aquí y quizá no haya sido tan rápido como debería para haber mencionado uno".

Bush sólo ha celebrado tres conferencias de prensa en horas de máxima audiencia desde que está en la Casa Blanca, y el martes se pudo ver por qué. Aunque en ocasiones consiguió conectar bien los mensajes, su gusto por las ideas básicas se lleva mal con las preguntas de los periodistas. Aun así, Bush consiguió dar el tono de seriedad que la situación exige y se mostró seguro. Los brillos de la corbata, mal elegida para las cámaras, no contribuyeron a la gravitas presidencial.

Un momento en el que el presidente rozó el absurdo fue cuando se cuestionó por qué irá con el vicepresidente Dick Cheney a la comisión que investiga el 11-S. "Es que la comisión quiere hacernos preguntas, y yo estoy deseando responderlas". "Sí, por qué juntos y no separados, como pidió la comisión". "Porque es una buena oportunidad para que ambos contestemos preguntas que la comisión quiere hacernos y que yo estoy deseando contestar".