Los farmacéuticos financian más del 50% del brazalete para maltratadores

El Colegio de Farmacéuticos de Madrid se sumó ayer al convenio entre el Gobierno regional y la Universidad Complutense para desarrollar un prototipo con el que controlar a los maltratadores sometidos a una orden judicial de alejamiento. El Colegio de Farmacéuticos abonará 45.000 euros más del 50% del coste de ese prototipo, estimado en 80.000 euros, según el convenio. La presidenta regional, Esperanza Aguirre, destacó que no existe hasta ahora, "ni en Europa, ni a nivel internacional" un mecanismo eficaz para saber cuándo un agresor incumple esa orden de alejamiento. Se trata, por tanto, de una investigación pionera en la que ya está trabajando el Instituto Salvador Velayos, dependiente de la Universidad Complutense, dirigido por Antonio Hernando, especialista en sistemas electromagnéticos. Aguirre concretó que se ha fijado un plazo de seis meses para que el artilugio pueda empezar a utilizarse en octubre próximo, cuando entra en vigor la modificación del Código Penal que establece las nuevas penas en caso de malos tratos.

Para poder llegar a esa fecha con un prototipo preparado para su uso, los investigadores del Instituto Velayos esperan poder empezar a realizar pruebas dentro de dos meses. Una de las principales dificultades que deben solventar radica en perfeccionar tanto el sistema de alimentación energética (una batería) como el tamaño del prototipo. Los investigadores del instituto intentan encontrar una fuente de alimentación energética que sea recargada, a ser posible, por la víctima "para dejar las menores responsabilidades al maltratador", según el profesor Hernando.

Sensores

Se trataría, en síntesis, de una pareja de brazaletes codificados con unos sensores que se activarán cuando el agresor se encuentre a menos de 500 metros de la víctima. El Instituto Velayos ya ha superado algunos escollos como, por ejemplo, que funcione el dispositivo en el metro y no le afecten de manera importante los campos electromagnéticos tan frecuentes hoy en día en los espacios urbanos.

Otra de las dificultades es reducir el tamaño del prototipo y hacerlo compatible con la humedad "para que el maltratador pueda ducharse cuando lo lleve puesto", explico Jesús González, responsable directo del proyecto.

Además de su contribución económica al diseño del prototipo, el presidente del Colegio de Farmacéuticos, José Enrique Hours, está concretando con la Comunidad la realización de una campaña contra los malos tratos en las 2.700 oficinas que hay en la región.

"Se trata de un problema de salud pública y en las farmacias es uno de los puntos donde mejor se conoce a los vecinos. Es fácil ver cuando llega una mujer con un moratón", explicó Hours. Los derechos sobre el aparato, una vez patentado, los tendrá el Gobierno de la Comunidad de Madrid.