Navarra traspasará a Guipúzcoa la propiedad de la carretera de Endarlatsa a Irún en 2024
Las obras de mejora estarán finalizadas en cinco años y costarán 31 millones de euros
El convenio que volverá a hacer historia se firmará en las próximas semanas en el propio límite fronterizo entre Navarra y Guipúzcoa, sobre las aguas del Bidasoa. Supondrá el cierre de un capítulo abierto en 1853, cuando Navarra acometió la construcción y financiación de una carretera que diera una salida directa a la frontera de Irún desde Pamplona. Desde entonces esta vía le ha pertenecido, a pesar de discurrir por entero en suelo guipuzcoano.
El vicepresidente de Navarra, Francisco Iribarren, el diputado de Infraestructuras Viarias de Guipúzcoa, Javier Zuriarrain, y el consejero navarro del ramo, Álvaro Miranda, presentaron ayer los acuerdos en la capital navarra. "Quizá se pudo haber resuelto [el litigio] antes, pero difícilmente se podía haber resuelto mejor", afirmó el diputado guipuzcoano.
El eje viario Pamplona-Behobia por Belate, que soporta actualmente aforos medios diarios de más de 9.000 vehículos, se completará entre Endarlatsa e Irún con una nueva sección de tres carriles (uno para vehículos lentos) en el 73% de su extensión. De hecho, el tráfico pesado supone ya el 15% del total que registra esta vía y es el segmento que más aumenta en los últimos años, procedente sobre todo del área mediterránea, según confirmó Zuriarrain. Los últimos 700 metros de la carretera se unirán a los 400 ya desdoblados junto a la misma frontera y serán también de cuatro carriles.
Guipúzcoa paga todo
En virtud del pacto alcanzado entre las dos instituciones, Guipúzcoa asume todo el coste de ampliación de la carretera, cifrado en unos 31 millones de euros. Navarra sólo pagará el 50% del coste del nuevo puente sobre el Bidasoa, única infraestructura del tramo que desarrollará y cofinanciará. El resto, incluidas la confección del estudio de impacto ambiental y su declaración, así como la contratación y redacción de los proyectos de construcción, los permisos, expropiaciones y la contratación y ejecución de las obras, correrá a cargo de Guipúzcoa.
El plazo previsto para desarrollar y contratar los proyectos es de dos años y medio a partir de la firma del convenio. Las obras deberán estar acabadas en los siguientes tres años, es decir, en 2009. Tras su recepción y apertura, Navarra seguirá siendo la propietaria durante quince años, hasta el 2024. Después, Guipúzcoa recibirá la propiedad definitiva.
No obstante, en cuanto se firme el convenio la Administración foral navarra cederá el uso de la vía de forma gratuita a Guipúzcoa, que a partir de ese momento será la única responsable de su conservación, responsabilidad patrimonial y explotación.
"En las actitudes ha estado el eje del entendimiento, por encima de las ideologías", manifestó el diputado de Infraestructuras Viarias de la Diputación de Guipúzcoa, gobernada por le PNV-EA.
Comisión de seguimiento
"Nuestro objetivo ha sido resolver [el problema de] una vía que actualmente constituye un serio riesgo para el tráfico y la seguridad de las personas", añadió el nuevo consejero de Obras Públicas del Gobierno de Navarra, en manos de la coalición UPN-CDN.
Una comisión paritaria de seis personas velará por el desarrollo del convenio. Ambas administraciones indicaron que es su intención informar con detalle del acuerdo a los ayuntamientos y vecinos de las poblaciones afectadas, que constituyeron una asociación específica para reclamar una carretera digna. La sinuosidad del trazado de este tramo de la carretera, que discurre en paralelo al cauce del Bidasoa, la ausencia de reformas y el importante incremento del tráfico hace que el número de siniestros haya sido muy elevado en los últimos años, lo que ha provocado las quejas de los municipios afectatos.
El convenio contempla la garantía de que si Navarra transforma en autovía el eje de Belate, Guipúzcoa hará lo propio en el tramo de la N-121 que discurre por su territorio.
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