Toda una carrera en el GEO

Francisco Javier Torronteras Gadea, de 42 años, natural de Madrid, llevaba prácticamente toda su vida profesional destinado en el Grupo Especial de Operaciones (GEO), en contra de lo que suele ser habitual. En esta unidad, en la que ingresó en 1990, primero fue policía básico, después oficial de policía y, finalmente, subinspector (grado al que ascendió en el año 2000).

Entre la treintena de felicitaciones que había recibido por su trabajo destaca la cruz al mérito policial con distintivo rojo, por su actuación en la detención de varios terroristas del comando Donosti de ETA, en 1999. También recibió el año pasado la cruz al mérito de la Guardia Civil, con distintivo blanco. A título póstumo le han sido concedidas la medalla de oro al mérito policial, que le fue impuesta ayer por el presidente en funciones José María Aznar y la medalla al Mérito Ciudadano, otorgada por el Gobierno de la Comunidad de Madrid.

Casado y padre de dos hijas (una de 11 años y otra de 9), afiliado al sindicato Confederación Española de Policías (CES), Torronteras había realizado cursos de manejo y activación de explosivos, buceador e instructor de defensa personal. Además de participar en numerosas operaciones antiterroristas y contra grupos criminales organizados, Torronteras actuó como miembro de los equipos de protección especial en las embajadas de España en Chile, Zaire y Argelia (cuatro ocasiones en este último país). En todas estas misiones, de gran riesgo, su cometido era proteger tanto a los diplomáticos como a las legaciones.

La relación de hechos en los que Torronteras participó es larguísima. Pero entre ellas destacan, según el Ministerio del Interior, las siguientes: detención de una banda de extorsionadores en Bilbao; la captura de varios activistas de los GRAPO en Barcelona (entre ellos, Enrique Cuadra); la desarticulación en Granada y Jaén de una organización relacionada con la Camorra napolitana; la detención de una banda de narcotraficantes en Madrid; la detención de varios extorsionadores en Vizcaya; la captura de unos atracadores polacos en Madrid; la liberación de tres personas secuestradas, en septiembre de 1998, en un chalé de Robledo de Chavela; la captura de varios activistas del comando Donosti en San Sebastián; el apresamiento de un grupo de chantajistas en Tarragona; la desarticulación de un grupo de atracadores colombianos en Madrid; la liberación de un empresario secuestrado en Gandía (Valencia) por un grupo de delincuentes polacos; y el asalto en alta mar a un barco que ocultaba un alijo de cocaína hacia las costas españolas.

Torronteras, que ingresó en el Cuerpo Nacional de Policía en 1987, ocupaba el cargo de jefe de subgrupo operativo. "Era un hombre muy discreto, sin el menor afán de protagonismo, como suelen ser los geos. El mejor homenaje que se le puede hacer es pasar desapercibido.", dice un compañero. El subinspector muerto tenía proyectado escriturar hoy, lunes, una vivienda que se había comprado, con enorme ilusión, en un pueblo cercano a Guadalajara.