Críticas sin rigor y chascarrillos

El portavoz de Presupuestos del PP en la Asamblea, Pedro Muñoz, criticó ayer que la oposición comenzase a opinar de los presupuestos regionales una hora después de que éstos fuesen presentados por Esperanza Aguirre y acusó al PSOE y a IU de efectuar valoraciones "sin rigor" y de hacer "política de ocurrencia y chascarrillo".

Muñoz sostuvo que "nadie se puede creer que sea posible hacer juicios de valor de los presupuestos, que son 11 tomos, miles de páginas y 10 kilos de papel, una hora después de que el Gobierno los presente. Eso no lo hace ni un premio Nobel", aseveró.

A su juicio, la oposición presentará una enmienda a la totalidad "porque es lo que toca", dijo, y pidió a los ciudadanos que "pongan en cuarentena sus críticas a los presupuestos, porque sólo las hicieron para ocupar espacio mediático, sacando de la cartera los argumentos de siempre y sin rigor".

El portavoz popular también acusó al portavoz de Presupuestos del PSOE, Adolfo Piñedo, que ayer comparó el primer presupuesto de Esperanza Aguirre y los que presentó en los últimos ocho años su antecesor, Ruiz-Gallardón, de "hacer trampas cuando cuenta las cosas" .

Muñoz reprochó a Piñedo que utilice el presupuesto consolidado (el general más el de las empresas públicas) "cuando le conviene" y defendió que Madrid es la única comunidad que presenta públicamente el presupuesto consolidado.

Aseguró que el presupuesto "cumple con creces" los requisitos que Simancas planteó por escrito a Aguirre en la reciente entrevista que ambos celebraron en la Presidencia regional.

Muñoz Abrines preguntó a los dirigentes de la Federación Socialista Madrileña (FSM) si la organización se está desmarcando del programa económico del próximo presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al criticar que el peso del sector público en los presupuestos de este año no vaya más allá del crecimiento económico de la región, inicialmente previsto en un 3,3%.

Muñoz señaló que el programa con el que Rodríguez Zapatero venció las pasadas elecciones indicaba que el sector público no debía superar el 40% del PIB, requisito que sí cumple el proyecto de Aguirre.