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Columna
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Pluralismo

El PP ha preferido quedarse solo a la hora de acordar la composición de las Mesas del Congreso y del Senado. El PSOE proponía al PP hacer un "esfuerzo de generosidad" consistente en ceder parte de sus puestos en las Mesas de ambas Cámaras con el fin de que quedara reflejada en las mismas la pluralidad de sus grupos parlamentarios. El PP se negó en redondo. Según declaraciones de Zaplana, "no se puede hablar de pluralismo a costa del PP". O dicho de otro modo: "que pluralicen ellos", si quieren. Y "ellos" han querido. Gracias a la generosidad del PSOE que les ha cedido parte de sus puestos, tanto IU como CiU y el PNV, pasarán a formar parte de las Mesas de las dos Cámaras. Con la agravante, para el PP, de que éste perderá la presidencia del Senado, al no querer entrar a formar parte del pacto. Presidencia que pasará a ocupar el PSOE. El PP ha preferido quedarse solo, libre y suelto de ataduras, frente a todos los grupos parlamentarios. Ya es sabido que el buey suelto bien se lame. Y eso es lo que hará el PP: lamerse las heridas de las pasadas elecciones.

Todo apunta, según parece, a que la sombra de Aznar es alargada. Como la del ciprés. Mariano Rajoy se ha rodeado de un equipo de políticos aznaristas. Acebes, Michavila, Aragonés y el inefable Zaplana son genuinos representantes del estilo de Aznar: soberbio, prepotente y despreciativo. Con estos mimbres quiere construir el PP que saldrá del próximo congreso. Él sabrá lo que hace. Con esta tropa va a ser difícil que el PP se convierta en un partido abierto, centrado, dialogante y pactista. En una palabra: democrático. Lo acaba de demostrar el mismo Zaplana al negarse a participar en un acuerdo entre todos los grupos parlamentarios para reflejar, en la composición de las Mesas de Congreso y Senado, el pluralismo de los grupos representados en ambas Cámaras. Y es que para estos señores del PP, las palabras diálogo y consenso no figuran en su vocabulario. Son vocablos malditos. Su líder, el señor Aznar, ha tenido que salir por la puerta trasera debido a su soberbia y prepotencia. Su sucesor, el señor Rajoy, debiera tomar buena nota a la hora de formar su equipo.

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