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Las excepciones a la Ley del Patrimonio enfrentan al Consell y a la oposición

El PP rechazó ayer en las Cortes Valencianas las enmiendas a la totalidad al proyecto de reforma de la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano presentadas por los grupos de la oposición, que pedían su devolución al Consell por considerarlo "innecesario, confuso y peligroso" y posiblemente "inconstitucional". El consejero de Cultura, Esteban González Pons, defendió el texto como el "marco jurídico que necesita un patrimonio vivo, que no puede quedarse reducido a un conjunto de piedras inertes y cubiertas de polvo y de olvido" y rechazó que la reforma se haya proyectado para legalizar el proyecto del barrio de El Cabanyal de Valencia. González Pons defendió que la reforma se hace con la misma "filosofía" que en su momento esgrimieron los socialistas para reformar el Teatro Romano de Sagunto, según la cual los bienes históricos deben ser puestos al día y se les debe encontrar un objeto social porque, si se protegen demasiado al final pierden su uso social.

Pero la oposición insistió en que la reforma "esconde" una "puerta trasera tan amplia" a través de la excepción por "interés general" que la nueva redacción de la ley provocará que "los monumentos y centros históricos puedan ser arrasados a poco que a un constructor o urbanizador les molesten en sus planes".

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