Microsoft incluirá nuevos servicios en el futuro sistema operativo, a pesar de la UE

Las negociaciones entre Microsoft y la Unión Europea fracasaron en el último momento porque el comisario de la Competencia, Mario Monti, quiso incluir en el documento pactado un párrafo que, según la compañía, limitaba los futuros desarrollos de los sistemas operativos de la firma. Microsoft ha anunciado para el 2006 el lanzamiento de su nuevo sistema operativo, Loghorn, que incluirá nuevos servicios dentro de la filosofía de la firma de "innovación integrada". El hecho que la UE haya impuesto a Microsoft la obligación de ofrecer un Windows sin el lector de archivos audiovisuales Media Player (MP) integrado es una señal sobre la política europea en futuras ofertas de sistemas operativos con más prestaciones. A pesar de ello, el director general de Microsoft, Steve Ballmer, aseguró: "No vamos a hacer nada distinto de lo que hacíamos ayer sobre cómo pensamos el nuevo diseño". Microsoft siempre ha reivindicado que un sistema operativo puede incluir hasta un bocadillo de jamón porque lo que el usuario quiere es que la máquina le facilite la vida y no tener que hacer manejos de descarga e instalación de programas a cada nueva necesidad que se le presente.

Está previsto que el futuro Loghorn incluya un buscador que amenzará el predominio de Google. Ballmer explica que no hay nada mágico en el éxito de Google. "Se trata de trabajar duro en el corazón de un programa" y aseguró que lo están haciendo. También incluirá un lector de audiovisuales capaz de almacenamiento, catalogación y aplicaciones 3D. Real Networks y Apple serían los más afectados por su éxito. IBM y otras compañías pueden ver como Loghorn incluye aplicaciones de reconocimiento de voz. Los fabricantes de antivirus temen la inclusión de herramientas de seguridad que parangonen sus servicios. Loghorn también busca acelerar la comunicación con los teléfonos móviles, etcétera.

La raíz del problema está en que Windows domina el mercado y está instalado en más del 90% de los ordenadores personales. La inclusión de una nueva aplicación en él hace que los fabricantes de un producto similar tengan dificultades para convencer al consumidor de que instale y use la suya cuando ya tiene la de Microsoft instalada en Windows. El caso que desató precisamente la investigación antimonopolio en Estados Unidos fue el perjuicio causado al navegador Netscape desde que Microsoft regaló su propio navegador, Explorer, embebido en Windows.

Microsoft replica que los casos de competencia no se presentan cuando lanza una nueva tecnología, sólo cuando ésta consigue triunfar y que, en el caso de los lectores de archivos audiovisuales, no es verdad que exista una situación de monopolio gracias a la implantación de Windows. Según la agencia Nielsen, Media Player tenía el 30%-40% de la audiencia en la Europa occidental el pasado febrero. Real Player, de Real Networks, el 15%, y Quick Time (Apple), entre el 7% y el 14%. Los usuarios más competentes tienen en su ordenador más de un programa de lectura, en parte, inducidos por los propios sitios de Internet que ofrecen archivos audiovisuales que, para ser descargados, exigen disponer de uno u otro de estos programas.

Cnet explica que la mayoría de fabricantes no preinstala el programa Real Player en sus máquinas a pesar de que tras el acuerdo con la Administración norteamericana en el caso antimonopolio, Microsoft da más facilidades al fabricante para la personalización del interfaz de Windows y de algunas aplicaciones.

La UE ha impuesto a Microsoft una serie de obligaciones. Desde que, en 90 días, ofrezca versiones de Windows sin MP hasta que, en 120 días, suministre información suficiente a los fabricantes de servidores para que sus equipos trabajen con la misma facilidad que los servidores Windows con máquinas que lleven este sistema operativo.

El plan de la UE incluye la creación de un "equipo de seguimiento" de los remedios impuestos. La UE no ha nombrado al equipo ni ha dado pistas sobre cómo reforzará la autoridad técnica del mismo si entra en conflicto con Microsoft. Un escenario fácil de imaginar. Por ejemplo, qué tipo de información tiene que suministrar Microsoft. La compañía entiende que se le obliga a compartir parcialmente el código fuente, mientras que la UE considera que sólo se le fuerza a detallar a los otros fabricantes el sistema de conexión de Windows con los servidores. Otra duda es el alcance geográfico de las medidas. Aunque la UE se refiere a Europa, si Microsoft debe dar información a terceros... ¿esta información sólo tendrá alcance europeo en una industria globalizada?

Sobre la separación de MP de Windows, Microsoft insiste en que técnicamente perjudicará a todo el sistema operativo ya que afecta a otras funciones de Windows. Reuters informa de que Real Networks hizo ante la UE pruebas técnicas con Windows sin MP para demostrar que no había problemas, y la propia Microsoft distribuye en Asia una versión de Windows más sencilla y barata para combatir la penetración de Linux en este mercado.

Tras el acuerdo antimonopolio norteamericano, en aquel país funciona un comité de seguimiento que controla que Microsoft no reincida en las conductas penalizadas. La industria está satisfecha con la competencia técnica de los vigilantes, que deben hacer un informe cada tres meses ante Justicia. Otra cosa es su poder ejecutivo. Un alto cargo de Sun asegura que han tenido poca influencia.

En el último informe de enero, citado por Cnet, el comité está analizando "seis sustantivas" quejas sobre la política de licencias de la compañía. Microsoft, por su parte, alega que ha dado un acceso sin precedentes a los códigos de sus programas. Todas estas dudas se presentarán ya si el tribunal de Luxemburgo no paraliza la ejecución del castigo europeo.

A este conflicto se añaden otras denuncias sin resolver ante la UE y demandas vivas en Estados Unidos. Los analistas echan en falta una actuación pública preventiva que fije un marco legal sobre los monopolios. Hasta ahora, las intervenciones han sido a instancia de parte y sobre situaciones muy asentadas.