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Las torres de la Ciudad Deportiva se retrasan por falta de un permiso aéreo

Su construcción está paralizada porque una ruta aérea pasa por la vertical de los rascacielos

Antonio Jiménez Barca

La construcción en los terrenos de la Ciudad Deportiva de los cuatro rascacielos que cambiarán el perfil norte de la ciudad, diseñados por arquitectos del calibre de Norman Foster y que iban a empezar a levantarse en marzo, va a retrasarse. La razón: la vertical de estas torres, de más de 200 metros cada una, coincide con una ruta de escape del aeropuerto de Barajas. La compañía petrolera Repsol YPF, que tiene una opción de compra sobre unos terrenos para erigir una de las torres, que expiró ayer, la prorrogó durante un año más. Actualmente no hay fecha para que empiecen las obras.

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La ruta de escape es un tecnicismo utilizado por los pilotos para referirse a la trayectoria en forma de óvalo que describen los aviones para volver a la pista si, por cualquier motivo, deciden a última hora no aterrizar. En el caso de Barajas, esa trayectoria pasa actualmente, después de la ampliación de las pistas, por la vertical de los futuros rascacielos. Por eso, el Ayuntamiento de Madrid se niega a otorgar la licencia de obras, necesaria para empezar con los trabajos, hasta que la Dirección General de Aviación Civil, dependiente de Fomento, asegure que la construcción de los edificios no implica ningún riesgo para la seguridad aérea. "Que conste que eso estaba estipulado en los primeros convenios, de modo que ninguna empresa puede alegar ahora que desconocía el asunto", explica un portavoz del Ayuntamiento de la capital.

Un portavoz de AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea) explicó ayer que "en próximas fechas" se producirá una reunión entre técnicos de Aviación Civil y el Ministerio de Defensa para elaborar el nuevo mapa de rutas de escape producto de la futura ampliación del aeropuerto de Barajas (en agosto se prevé que haya ya cuatro pistas operativas). "Ahí ya se darán las indicaciones precisas para la construcción de estos edificios. Puede que tengan que reducir su altura, pero aún no hay fecha precisa para esa reunión", añadió este portavoz.

La empresa petrolera Repsol YPF, que tiene la intención de instalar su sede en una de las torres, salvó ayer una situación peliaguda consecuencia directa de la decisión de la Dirección General de Aviación Civil. La petrolera tenía una opción de compra para adquirir a Caja Madrid 7.500 metros cuadrados de esta zona. El banco pagó en noviembre de 2001 por este suelo 188 millones de euros. A cambio de salvaguardar su opción de compra, Repsol YPF abonó una prima a Caja Madrid de 1,2 millones de euros. La fecha límite para concluir la operación, es decir, para que Repsol YPF pagase a Caja Madrid el coste del suelo, más los intereses y los costes financieros, vencía ayer. Pero la petrolera no estaba dispuesta a pagar si antes no se solucionaba el problema de la trayectoria de las rutas de escape. Hasta ahora, la negociación ha quedado en tablas, ya que tanto Caja Madrid como Repsol YPF se han dado una tregua de un año para liquidar la transacción.

45 plantas

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El rascacielos de Repsol ha sido diseñado por el arquitecto británico Norman Foster -autor del Reichstag de Berlín y del Puente del Milenio de Londres y el metro de Bilbao-. Contará con 45 plantas destinadas a oficinas, con tres volúmenes destacados en las fachadas y orientada hacia la sierra, por el norte, y hacia el centro de la ciudad, por el sur. También tendrá 1.200 plazas de garaje bajo tierra.

Hace unos meses, el grupo municipal socialista denunció que el grupo inmobiliario Vallehermoso no había pagado todavía al Ayuntamiento -propietario del terreno- los 140 millones que costaba el suelo sobre el que se iba a edificar otra torre. Ayer, todo seguía igual. Este grupo también está pendiente de la decisión de la Dirección General de Aviación Civil. El rascacielos construido por este grupo será el único que se levantará con diseño español. De eso se encargarán los arquitectos madrileños Rubio y Álvarez Sala. El edificio adoptará la forma de un cilindro con una doble piel de vidrio. Acogerá 30 plantas de hotel y 20 de oficinas.

El tercero de los edificios será la sede de la Mutua Madrileña. Tendrá la forma de un prisma acistalado e irregular, de 45 plantas coronadas por un jardín. Es diseño del argentino César Pilli, autor de las que, hasta el pasado mes de noviembre, eran las torres más altas del mundo -las Petronas de Kuala Lumpur, en Malaisia- y del Carnegie Hall.

El último de los rascacielos, el del grupo inmobiliario OHL, contará con 43 plantas y será diseñado por el estudio estadounidense Pei, Cobb, Fred & Partners, uno de cuyos fundadores es el autor de la ampliación del Louvre de París.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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