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El fotógrafo David Alan Harvey retrata en 'Alma dividida' el mundo hispánico

El libro contiene un centenar de "imágenes abstractas donde todo es realidad"

El fotógrafo estadounidense David Alan Harvey (1944) presentó ayer en la Escuela de Fotografía Centro de Imagen EFTI (www.efti.es) su libro Alma dividida. Un viaje desde la península Ibérica (Phaidon, www.phaidon.com), donde recoge un centenar de imágenes en color sobre el mundo hispánico. La mezcla de culturas aparece en este diario de los últimos 25 años a través de España, Portugal, Brasil, México, Cuba y Chile. "Son fotos abstractas, pero todo es realidad. Prefiero la vida en la calle, donde nunca sé lo que va a ocurrir. Toda mi vida es una sorpresa", declaró.

Harvey comentó ayer una rueda de diapositivas sobre su trabajo, desde los retratos en blanco y negro a los 12 años con una Leica a las fotos en color que forman parte de Alma dividida, publicado en español con breves textos del autor sobre los temas agrupados en los títulos de Ritual, Lugar y ensueño. "Mi alma también está dividida", declaró al pasar imágenes de la diversidad cultural, donde se mezclan tradiciones y rituales, "la sensualidad superficial que suele ocultar un trasfondo político y un juicio histórico".

El mundo hispánico entró en la cámara de Harvey en los años setenta, con los trabajos para National Geographic en Guatemala y México sobre la cultura maya y sus conquistadores. Ha llevado el "alma dividida" de la España de Camilo José Cela en Viaje a la Alcarria a sus viajes por el Nuevo Mundo, sobre todo Cuba. Las fuentes para "sentir" las Américas fueron García Márquez, Carlos Fuentes e Isabel Allende.

Técnica e ideas

Harvey tiene una formación académica en historia del arte y periodismo, temas que aparecen con frecuencia en sus talleres, como el que acaba de celebrar en Valencia sobre el reportaje internacional. "Mis clases hablan más de filosofía que de cámaras. Lo más importante es saber lo que pasa con la vida. Se necesita la técnica, pero si no se tienen ideas no se tiene nada". Autor de historias sobre la comunidad afroamericana, el muro de Berlín, Vietnam, adolescentes en Francia, prostíbulos en Tailandia, indios americanos, sus documentos parten de un conocimiento directo, de "entrar en la vida" de las personas que retrata. "Si no conozco a la gente no puedo sacar fotos", afirma al comentar imágenes donde apenas aparece el paisaje. En el libro aparecen imágenes de toreros, banqueros, jinetes y la rapa das bestas en Galicia, junto a una ceremonia tribal africana en Brasil, un carnaval en Cuba, una primera comunión en México o una discoteca en Portugal.

Desde 1997 es miembro de la agencia Magnum, tras cuatro años como asociado, pero sus libros recogen los proyectos más personales. "Entré en Magnum a pesar de ser estadounidense, trabajar en color y colaborar con National Geographic". "Me gustan las fotos de Cartier-Bresson, pero no sus copias", declara. Se considera un fotógrafo de blanco y negro, por la dificultad del color, que utiliza con poca luz, en amaneceres y atardeceres, y con colores limitados. No trabaja con material digital. Prefiere las fotos espontáneas y casuales, con películas lentas, pero con una estrategia en la composición de la imagen, vinculada a la fotografía documental y al mundo del arte, pero también con algo de misterio. "No es un libro de periodismo; es el diario de un fotógrafo".

Fotografía <i>Vendedoras de tortillas,</i> en Juchitán, México, 1996, de David Alan Harvey
Fotografía Vendedoras de tortillas, en Juchitán, México, 1996, de David Alan HarveyMagnum.

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