Nadal mantiene el viaje inaugural del tranvía el 3 de abril, pero exige más Guardia Urbana
Casas tacha de "oportunista" la crítica de CiU y el Gobierno catalán habla de "deslealtad "
El viaje inaugural del tranvía será el próximo sábado 3 de abril. Así se decidió ayer en una reunión de urgencia celebrada por el Gobierno catalán y representantes de la empresa y de la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM), y de los cinco municipios por los que discurre el trazado del tranvía. De los 21 accidentes, sólo dos son imputables al tranvía. Los otros 19 se han debido a infracciones de los conductores. Para evitarlo, la solución provisional es colocar más guardias en las zonas que se han mostrado conflictivas. Así lo exigió el secretario de Movilidad, Manel Nadal.
El vigesimoprimer accidente del tranvía (segundo con víctimas graves), registrado el pasado fin de semana, ha disparado las pocas alarmas que no habían funcionado hasta ese momento. Aparte de los dos incidentes en los que otros tantos convoyes se salieron de la vía sin mayores consecuencias, los otros 19 accidentes se han debido a dos tipos de infracciones cometidas por conductores: saltarse semáforos en rojo y realizar giros prohibidos a la izquierda.
"El tranvía se halla en pruebas, no lo hemos puesto a circular alegremente. Si se producen accidentes en esta fase y se deben a problemas de disciplina viaria, la solución es extremar las medidas correctoras en el origen del percance, no suprimir el tranvía", opina el secretario de Movilidad, Manel Nadal. Sostiene que no hay otra forma de hacer pruebas que poner los convoyes a circular y ayer reclamó a los responsables del tráfico de las cinco poblaciones por las que discurre el trazado que refuercen la vigilancia para evitar nuevos accidentes.
Los representantes municipales hicieron un llamamiento a los conductores para que se comporten con civismo y eviten las infracciones. La empresa del tranvía se comprometió a aumentar la señalización. Una de las posibilidades previstas es la instalación de señales en la calzada para que los conductores eviten girar y pararse.
El Gobierno catalán y el Ayuntamiento de Barcelona expresaron ayer su incomodidad por las críticas que han dirigido al tranvía el PP y CiU. Recordaron que el tranvía fue fruto de un acuerdo en el que participaron todos los partidos, pero que tuvo a CiU y el PP como paladines. Nadal calificó la actitud de CiU de "deslealtad institucional" respecto a una obra que fue promocionada, licitada y adjudicada por los consejeros Pere Macias y Felip Puig, y Xavier Casas, primer teniente de alcalde de Barcelona, tachó de "oportunistas" las críticas de Xavier Trias".
El porcentaje de accidentes del tranvía no es superior al que se registra entre los autobuses metropolitanos. Cada año se producen unos 5.000 incidentes en los que participan autobuses, pero sólo el 10% revisten importancia. Mayoritariamente, los autobuses se ven implicados en roces con otros vehículos y acaban con el retrovisor roto, un desconchón en la carrocería o una abolladura. Unos 500 accidentes al año requieren la presencia de los agentes de la Guardia Urbana.
La mayoría de los técnicos coinciden en que el proceso de adaptación no está aún concluido y pueden producirse nuevos accidentes hasta que se consolide la convivencia con el tranvía. Ocurre así, explicaba ayer un portavoz del área de Vía Pública del Ayuntamiento de Barcelona, en cada ocasión en la que se transforma el tráfico de modo serio e incluso cuando se introducen variantes poco esperadas por los usuarios.
En la ciudad de Barcelona la innovación más radical se produjo entre los años 1967 y 1973, cuando las calles de la cuadrícula del Eixample pasaron a ser de dirección única. Hasta esas fechas eran prácticamente todas de doble dirección.Luego se introdujo el carril para transporte público, que despertó mucha menos reticencia. En 1989 se pintó en la Diagonal el primer carril para bicicletas a costa del espacio que era sólo para peatones. Este hecho sí provocó algunas quejas de los paseantes, pero la convivencia resultó relativamente fácil.
En el año 1992 el Ayuntamiento de Barcelona decidió convertir la calzada central del paseo de Gràcia en vía de doble dirección. Hasta ese momento y durante un corto periodo, la avenida soportó este tipo de tráfico, pero con todos los carriles de subida, salvo uno de bajada reservado exclusivamente para taxis y autobuses. La solución se mostró muy insatisfactoria y se dispararon los accidentes. Para evitarlos en lo posible se decidido aumentar a dos los carriles en dirección a la plaza de Catalunya. El resultado ha sido óptimo, desde la perspectiva de la reducción de accidentes.
El tráfico de bajada no justifica el mantenimiento de este segundo carril, según explicaron fuentes del área de movilidad; no obstante, se mantendrá debido a que cumple la función de alerta y evita los percances, sobre todo con los peatones.
CiU y PP estaban a favor
En diciembre de 1997 el entonces diputado y hoy líder del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández Díaz, presentó una propuesta en el Parlament para dotar con 13.190 millones de pesetas (entonces no había euros) el tranvía del Baix Llobregat. Tenía que haber sido construido en el periodo 1998-2000. En aquel momento era consejero de Presidencia el hoy presidente del grupo municipal de CiU, Xavier Trias. Ambos coincidían en la bondad del sistema de transporte, que defendieron desde Política Territorial los consejeros Pere Macias y Felip Puig, y desde el municipio, Joaquim Molins.
Aquella encendida defensa es hoy más desplante que oposición. CiU ha anunciado que no piensa acudir al acto inaugural de un tranvía que es más suyo que de nadie, porque la oposición (sobre todo los ciudadanos de Sant Just) ha preferido siempre el metro y sólo se avino al tranvía ante la evidencia de que no había dinero ni voluntad para otra cosa.
La actitud de Trias y las críticas del PP han molestado a los socialistas, que dicen estar dispuestos a defender el tranvía pero que, opinan, estarían encantados de sentirse acompañados en la batalla por un medio de transporte que se han encontrado casi hecho.
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