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Una tromba de agua causa graves daños en la localidad malagueña de Rincón de la Victoria

Cientos de familias quedaron incomunicadas al desbordarse los arroyos que desembocan en el mar

Juana Viúdez

Garajes inundados, muros caídos y barro por todas partes. La intensidad de las lluvias del fin de semana han causado verdaderos estragos en la provincia malagueña. Una tromba de agua en Rincón de la Victoria desbordó los arroyos cuyas corrientes van a desembocar al mar e inundó la calle principal. Cientos de familias quedaron atrapadas y 50 desalojadas. El operativo de emergencia derribó parte del muro que separa el paseo marítimo del mar para achicar el agua. El tráfico ferroviario se suspendió en las cercanías de Málaga. Protección Civil mantiene la alerta por lluvias en Andalucía.

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Cerca de 400 personas ayudaron en el municipio costero de Rincón de la Victoria, 30.000 habitantes, a unos 12 kilómetros de Málaga, a controlar el desbordamiento de prácticamente todos los arroyos de la ciudad. Bomberos, Guardia Civil, Policía Local y Protección Civil unieron fuerzas y medios con las de los vecinos, que con palas, cubos achicaban agua y trataban de controlar la situación.

Ayer, llovió toda la mañana. La gente tuvo que sacar de sus comercios, garajes y portales el agua y el barro que se les vino encima la madrugada del sábado al domingo: más de 20 litros por metro cuadrado en una hora. "¡Quién nos iba a decir a nosotros que encontraríamos esto por la mañana!", comenta una mujer que vive muy cerca de la Avenida del Mediterráneo mientras contempla el afán de quienes intentan acercarse a la Panificadora José María.

Los zapatos se atascan en el barro y hacen ventosa. La calle principal se ha convertido en una playa marrón. Pasan camiones cargados de tierra y sube la marea. Los comerciantes resoplan. La lluvia ha estropeado frigoríficos, ordenadores y mucha mercancía. La Semana Santa está cerca y tenían los almacenes llenos.

"Los daños han sido gravísimos", dice el alcalde, José Jesús Domínguez, que coordina el operativo desde la alcaldía. Nombra los arroyos afectados, normalmente secos: Los Pajaritos, El Estanco, San Juan y Cala del Moral. Equipamientos públicos, como los colegios, están en suspenso hasta nueva orden. El Centro de Salud ha tenido que cerrar y las urgencias se atienden en el Juzgado de Paz. "Hemos reunido todos los medios humanos a nuestro alcance", asegura el alcalde. "Lo único que no podemos evitar es que siga lloviendo".

Un pluviómetro local indica que han caído más de 225 litros por metro cuadrado en sólo unas horas. Ocho autobombas achican agua para restablecer el acceso rodado en la calle principal. Las grúas remolcan coches con los motores llenos de arena y raíces. La Cala del Moral, uno de los núcleos urbanos dentro del término municipal, tiene inundada la avenida de Andalucía, y varios cortes impiden la circulación en la carretera de Benagalbón. En barrios de calles estrechas, como el de los pescadores muchos vecinos seguían atrapados a primera hora de la tarde. El lodo, los automóviles atravesados y las piedras impedían que salieran de sus domicilios. Hubo 50 desalojos.

Las intensidad de las lluvias ha sido del todo inusual en esta población. En septiembre de 2001, vivieron un episodio parecido. Acondicionaron el Paseo Marítimo y la Cala del Moral por si volvía a pasar, pero, según el alcalde, "ningún sistema es capaz de soportar 200 litros por metro cuadrado en tan pocas horas".

A primera hora de la mañana. la fuerza del agua presionaba el muro que separaba el Paseo Marítimo del mar. Salvamento Marítimo derribó ciertas partes en puntos "muy conflictivos" para desaguar. "Los embovedados de los arroyos podrían no tener la sección adecuada", apuntaba el alcalde tratando de encontrar una explicación, pero "hoy no es día de reproches". Desde mediodía funcionaba una oficina para recoger los primeros partes de daños y orientar a los afectados a solicitar las ayudas.

También se produjeron inundaciones, aunque no tan graves, en Marbella y Alahurín de la Torre.

El Comité Asesor del Plan Territorial de Emergencias de Málaga avanzó que en la parte oriental de la provincia las lluvias podrían alcanzar los 80 litros por metro cuadrado en 12 horas. El acceso al Aeropuerto de Málaga estuvo cortado todo el día de ayer para evitar los atascos por las bolsas de agua. Renfe interrumpió el servicio ferroviario en la provincia porque las precipitaciones arrastraron el balastro- piedras de silicio que fijan la vía al suelo- a las 6.40 horas y realizaron trasbordos en autobús hasta las 18.00 horas. A última hora, la Dirección General de Tráfico recomendaba circular a velocidad moderada por lluvia, viento y niebla en las carreteras de Andalucía. Protección Civil anunció precipitaciones de hasta 30 litros por metro cuadrado "ocasionalmente acompañadas de granizo" en Huelva, Sevilla y Cádiz.

Dos pescadores intentan rescatar a su embarcación de la fuerza de la corriente, ayer en la playa de Rincón de la Victoria.
Dos pescadores intentan rescatar a su embarcación de la fuerza de la corriente, ayer en la playa de Rincón de la Victoria.REUTERS

La infanta Elena, atrapada en su hotel

La intensidad de las lluvias en el municipio malagueño de Rincón de la Victoria sorprendió a la infanta Elena y a su esposo, Jaime de Marichalar, que quedaron atrapados en el hotel donde se hospedaban. Se encontraban allí porque la infanta iba a participar, junto con otros jinetes como Cayetano Martínez de Irujo o Luis Astolfi, en el Concurso Nacional de Saltos que organiza el Ayuntamiento de Málaga en el Club Hípico de El Limonar.

El grupo, que se alojó en el hotel Rincosol, pasó la mañana esperando que los servicios de emergencia desaguaran la calle. Enfrente del hotel había expectación. Un grupo de fotógrafos esperaba el momento de la salida de los duques de Lugo. Los comerciantes, ocupados en sacar el agua y el barro que se había colado en sus establecimientos, hacían poco caso al interés de algunas vecinas en observar si los ilustres huéspedes podrían o no abandonar el hotel. "¡Si no cogéis un cepillo o una pala, media vuelta y a vuestras casas!", les decían con cara de pocos amigos.

Quien se atrevía a salir del hotel y a cruzar la calle lo hacía convenientemente equipado. Algún huésped logró llegar al otro lado, botas de montar incluidas, dando saltos por el agua.

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Sobre la firma

Juana Viúdez
Es redactora de la sección de España, donde realiza labores de redacción y edición. Ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria profesional en EL PAÍS. Antes trabajó en el diario Málaga Hoy y en Cadena Ser. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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