_
_
_
_
Entrevista:SUSANA PELEGRÍ | Licenciada en Economía | Apuntes | UN PASO POR DELANTE

"He encadenado un empleo con otro"

En cuatro años ha trabajado en el Banco Santander en París, en la antigua IBM, en la juguetera MB en Londres y en Altair

"He encadenado un trabajo con otro, siempre porque he querido, y para mejor", afirma Susana Pelegrí, de 27 años, que acabó hace cuatro años la Licenciatura de Economía, en la Universitat de València. Viene de una familia con pedigrí: su padre y su madre son economistas, por lo que desde cría entabló una relación doméstica con esta materia. "Desde siempre he querido ser consultora de empresas", dice, para referirse a un trabajo que encontró hace año y medio en la consultora financiera Altair Consultores. "Por nada cambiaría este trabajo". Su implacable convencimiento y su capacidad para marcarse tiempos y objetivos explican su fulgor profesional. Susana no vacila.

Cuando estudió Bachillerato en París quiso matricularse en la especialidad de económicas, fue en la única concesión que hizo ante sus profesores, que le aconsejaron ciencias puras, bachillerato que acabó cursando. No hubo más concesiones. Cuando se trasladó a España, se matriculó en Economía, aunque su nota media le permitía acceder a casi cualquier titulación. "El gran error es matricularse en esta carrera porque no te llega la nota para otra cosa". De hecho, reconoce su poco tino al mediar para que su hermana siguiera la estela familiar cuando ésta sintió la llamada del Periodismo, carrera que cursa.

De su paso por la universidad constata que la mayoría se "atasca" en Microeconomía, Macroeconomía y Matemáticas Financieras, las materias predilectas para los economistas puros. También establece una ecuación directa entre éxito académico y dominio de las matemáticas. Escogió la universidad pública, por principios: "Mis padres estudiaron en la misma universidad", y está muy satisfecha, destacando el programa Sócrates, consistente en intercambios con otras universidades europeas para que los estudiantes puedan pasar dos cursos, uno de prácticas y otro de formación, en el extranjero. Ella escogió la Universidad de Nantes (Francia), donde hizo cuarto, dedicando tercero a las prácticas en el Banco Santander en París. Las prácticas las buscó ella, pese que la universidad también las ofrece. Este primer contacto laboral fue premonitorio; a partir de ahí enlazaría un trabajo con otro. En el banco le contrataron dos veranos consecutivos mientras estudiaba. A los diez días de acabar la carrera estaba trabajando, en el departamento de Tesorería de MSL, la antigua IBM. Al año le propusieron un contrato fijo, que se postergó por "política de empresa". Un gesto "inadecuado" y que le estimuló a probar suerte. Reconoce que "no todo el mundo tiene el lujo de poder dejar un trabajo para embarcarse en la aventura de encontrar otro". Ella se sentía respaldada por sus padres, que nunca terciaron en sus decisiones. Sólo en una ocasión echó mano de la influencia paterna para pasar un año en Hasbro Londres, donde trabajaba el departamento de finanzas internacionales. Una etapa que duró un año durante el que envió currículos a España y llegó a coger algún avión para atender entrevistas laborales. Al final desistió por los desorbitados costes y ya en Valencia imprimió más de un centenar de currículos pateándose la Gran Vía en busca de despachos. En quince días estaba en Altair como consultora, un trabajo "apasionante y cero monótono", en el que asegura, que "no te puedes relajar", lo que satisface a "una mente inquieta", como la suya.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_