"No olvidaré los gritos de las familias"

Pregunta

. El 11-M fue de los más madrugadores. Usted informó al alcalde. ¿Cómo se enteró?

Respuesta. Me llamaron a casa a las 7.42 de la mañana aproximadamente para decirme que había habido tres explosiones en vías y trenes.

P. Y fue también de los primeros en en llegar a Atocha.

R. Sí. Pero cuando llegué ya estaba allí el alcalde, y habían empezado a actuar la policía, el Samur, los bomberos. Y tuvimos que salir corriendo porque nos avisaron de que había más bombas.

P. Después se trasladó a Ifema, a la morgue improvisada, y estuvo allí cuarenta horas seguidas. ¿Cómo resistió?

R. Fueron muchas horas de pie, especialmente las primeras veinticuatro, con un trasiego constante entre el pabellón número 6, adonde llegaban los cadáveres, y la zona donde las familias esperaban para identificarlos. Ahora me duele la inyección que me pusieron para la espalda. Nuestra obsesión era que todo se hiciera muy rápido -el trabajo de los forenses, el de la policía científica, los reconocimientos-, para evitar las angustias.

P. El jueves se hizo un homenaje a todos los participantes en la ayuda. ¿A usted qué parte de las medallas le toca?

R. A mí, la de ponerlas. He podido coordinar una serie de trabajos y de profesionales que a mí mismo me han dado una lección.

P. A los 15 años se afilió a Nuevas Generaciones de Alianza Popular. ¿Tenía tan claro que su entrega a la política iba por la derecha?

R. Es un cúmulo de circunstancias: un ambiente familiar, de amistades, de personas que políticamente te atraen. Y nunca me ha gustado ver el teatro, sino estar encima de un escenario.

P. Con 22 años tenía escaño en la Asamblea de Madrid. ¿Ya iba de joven promesa?

R. Y espero seguir siéndolo todavía.

P. Se define como "un gallego de Ponferrada". ¿Qué opina del caso Nevenka?

R. Lo recuerdo vagamente. Un caso de acoso que ha tenido su castigo en los tribunales.

P. Su compañera de corporación Ana Botella apoyó al alcalde acosador. ¿Y usted?

R. Yo creo que en este caso, y después de la resolución judicial, hay que estar siempre al lado de la víctima.

P. Gallardón fue testigo en su boda. ¿También es padrino de su futuro político?

R. Durante el tiempo que él quiera. Yo me dejo prohijar el tiempo que haga falta.

P. Si el alcalde llegara a presidente del Gobierno, ¿cree que le daría un ministerio?

R. Contestar a esta pregunta sin liarla es complicado. Me gustaría la situación con independencia de que yo pudiera ser ministro.

P. La Feira do Viño de Quiroga le ha nombrado pregonero. ¿Conocen su afición a los caldos?

R. Sí. Debe de ser en homenaje a las cogorzas que me cogía de más joven, cuando estaba en Nuevas Generaciones de Lugo. Me hace muchísima ilusión. Intentaré estar sobrio.

P. Ha incrementado los controles de alcoholemia en la M-30. ¿Cuántas veces ha dado positivo y cuántas ha soplado?

R. Nunca he dado positivo. Me han hecho soplar tres.

P. En el Senado presidió la comisión especial de Informática. ¿Es el baranda de la red?

R. Bueno, hay quien pretende saber lo mismo que yo, como el alcalde. Llevamos una dura competencia sobre quién tiene el último aparato.

P. En su entorno femenino le califican de agradable, simpático, tolerante, pero con muy mal genio.

R. Lo de simpático y agradable no se lo creen ni ellas. Soy de muchos prontos, pero se me pasa. Y tengo mal genio, pero no mala leche.

P. ¿Comparte la opinión de sectores de su partido que afirman que las elecciones las ha ganado Al Qaeda y un grupo mediático o "poder fáctico", como lo llamó Aznar?

R. Yo ni estoy de acuerdo ni estoy en desacuerdo. Creo que para la convivencia en este país y entre españoles es muy importante que empecemos a diferenciar el análisis del atentado del análisis del resultado electoral.

P. ¿Qué imagen del 11-M no se le borrará?

R. Varias. La del Samur atendiendo a heridos, los cuerpos tendidos en el pabellón 6 de Ifema, el sonido del móvil dentro de una bolsa con efectos personales recogidos en las vías. Y no olvidaré los lamentos y gritos de algunas de las familias cuando podían reconocer los cadáveres. Fue terrible.