Veinte años no es nada

La revista Economistas, que edita el Colegio de Economistas de Madrid, cumple 100 años, una prueba de estabilidad como mandan los cánones. El número redondo invita al análisis de tan larga trayectoria, que supera ya los 20 años -en la portada figura la data "año XXII"- y que se soporta a su vez sobre la persistencia del Colegio de Economistas como órgano de representación de los profesionales de la economía. No todas las publicaciones pueden contar con 11.000 suscriptores. Después de cien números, bien puede decirse que el tono de Economistas ha transitado entre el academicismo y la divulgación, entendiendo tal cosa como pedagogía. Aproximadamente el 70% de las firmas que han transitado por la revista proceden de la Universidad; tal circunstancia puede ser una prueba indirecta de que en sus páginas no abunda el sectarismo, al menos el político, y de que los textos han tenido una calidad por encima de la media. Pero pueden ser inferencias indemostrables.

Lo que sí es seguro es que Economistas ha vivido codo con codo con uno de los periodos más atractivos del desarrollo económico español. Desde 1983 hasta hoy la economía española ha vivido ciclos diversos, ha entrado en la Unión Europea y en la Unión Económica y Monetaria ha experimentado una modernización sorprendente -en parte por la integración plena en Europa y en parte por el rápido e intenso proceso de apertura económica al exterior, medida en el peso de exportaciones, importaciones y flujos de capital-, ha comentado reconversiones y liberalizaciones de las auténticas y de las falsas... De hecho, una de las obsesiones de la revista es Europa como referente y destino final de la larga marcha de la economía española hacia la modernización.

El número 100 llega con dos volúmenes. El primero contiene el análisis tradicional de la economía española que realiza siempre la revista sobre el año económico anterior, en este caso sobre 2003. El número se abre con un artículo de Rodrigo Rato excesivamente triunfalista y deudor de la idea de que la economía española vive una etapa de éxitos indiscutibles. Aunque, en honor a la imparcialidad, aparece un artículo de Jordi Sevilla titulado significativamente Las consecuencias económicas del Sr. Rato, que desarrolla la idea matriz de que durante el año 2004 asistiremos a un cambio de las condiciones económicas. Ese cambio deriva del acuerdo prácticamente generalizado de que este año se producirá el cambio de tendencia (a mejor, claro) de la economía europea (es decir, de la economía alemana) y se consolidarán los buenos datos de la economía estadounidense. El entorno económico internacional será mejor que el de 2003 (las incertidumbres, como dicen los economistas, también se analizan) y, por ello, la economía española tendrá mejores expectativas de crecimiento.

Un segundo volumen, con carácter marcadamente conmemorativo, recoge 12 artículos de corte ensayístico sobre los asuntos capitales de los últimos veinte años de la economía española, desde los cambios drásticos que ha sufrido -o gozado- el sistema financiero hasta los logros (modestos) en la regulación de los mercados y política de competencia o las vicisitudes del mercado laboral.