"He aprendido lo que cuesta poder elegir"

Diego Luna (México, 1978) rodó 15 películas antes de Y tu mamá también -2001-, pero el público que acudió a ver la película de Alfonso Cuarón en el primer fin de semana en México superaba con creces al que había visto todos sus filmes anteriores juntos. Lo cuenta divertido este joven actor que después ha trabajado con directores como Steven Spielberg o Gregory Jacobs, y al lado de actores como Tom Hanks, Kevin Costner o Robert Duvall. "He tenido mucha suerte, pero también he sido terco. Es bien padre tener público, pero no he olvidado que hace poco me subía a un escenario para representar obras de teatro que no contaban con más de 25 espectadores, pero era feliz", cuenta el intérprete durante su estancia en Madrid para promocionar Nicotina, la película de Hugo Rodríguez que se estrena hoy en España.

"A mí se me dan bien las relaciones humanas y mal las computadoras"

Nicotina, una comedia negra mezcla de violencia y humor, llega a nuestras pantallas precedida del éxito de público y de crítica en México, donde es candidata a 11 premios Ariel (los Oscar mexicanos). Tampoco en España ha entrado con mal pie la película -"en México bateamos poco pero cuando bateamos lo hacemos bien"-. En el pasado Festival de Cine de Las Palmas obtuvo el premio del público. Diego Luna interpreta en Nicotina a Lolo, un hacker sin ningún sexy que se dedica a espiar con su webcam a su vecina (Marta Belaustegui), de la que se ha enamorado y a la que está a punto de perder para siempre. Aturdido por su historia personal, Lolo confunde el CD con las claves de acceso a un banco suizo que entrega a dos hampones a cambio de 20 diamantes. La incapacidad de Lolo para ver más allá de su mundo virtual y una cucaracha acaban complicando la vida de todos. La ficción en este caso nada tiene que ver con la realidad. "A mí me pasa justo lo contrario, se me dan bien las relaciones humanas y mal las computadoras. Necesito tocar las cosas y si estoy enamorado tengo que comunicarme, pero ha sido muy distraído entrar en el pellejo de una de esas personas por las que no das un quinto".

Luna luce una barba mínima lo que, unido a su forma de vestir -vaquero, jersey negro y deportivas-, acrecienta su aspecto aniñado. Sin embargo, cuando empieza a hablar, el protagonista de Nicotina se crece. Es simpático y tiene discurso. El atentado del día 11 le ha llenado de dolor - "aquí estamos para lo que necesiten"-, pero le gusta España hasta el extremo de estar dispuesto a venirse una temporada si hay directores que, como David Trueba y sus Soldados de Salamina, cuentan con él.

Antes de formar parte de los repartos más codiciados, Luna se forjó como actor en radio, televisión y teatro, donde en estos momentos ejerce como productor de Las obras completas de William Shakespeare. Cuando apenas era un adolescente trabajó junto a su amigo Gael García Bernal en una telenovela que arrasaba en audiencia, pero ésa, dice, es una etapa cerrada. "No quiero volver a hacer un culebrón en mi vida. Aquello me sirvió para pagar mi renta, vivo solo desde los 16 años. Ahora puedo elegir y sé lo que cuesta".

Luna acaba de rodar una película con Spielberg y Tom Hanks y ha trabajado con Gregory Jacobs en un remake de Nueve reinas que en EE UU se llamará Criminal. "No creo que los latinos juguemos un papel diferente. A veces somos nosotros los primeros en colocar etiquetas", asegura tras su paso por el cine norteamericano. Las películas que le gustan se hacen en Nueva York o en San Francisco, lo de Hollywood le suena a "Disneylandia". "En EE UU también se rueda cine independiente y hay mucha gente que sabe que más allá de la frontera también hay vida". Entre sus proyectos figura un rodaje con Michael Winterbotton en el que interpretará a un jugador de fútbol de un equipo británico y en breve empezará una película en México con Carlos Bolado, Sólo Dios lo sabe. "¡Ojalá pudiera seguir haciendo cine en mi país! Pero la industria en México está bajo mínimos. Las películas latinoamericanas tienen más productores que actores, pero me enorgullece comprobar que aún se ruedan películas de bajo presupuesto que consiguen recaudar mucho dinero, lo que demuestra que lo más importante son las historias y no lo que cuestan".