La producción de crudo, aún por debajo del nivel previo a la guerra
La producción petrolera iraquí ha ido creciendo paulatinamente durante el último año pero aún está por debajo del nivel previo a la guerra. A finales de febrero el país llegó a extraer casi dos millones de barriles diarios, medio millón por debajo de lo que producía antes del conflicto y muy por debajo de la capacidad del país, que según diferentes fuentes puede estar entre los cinco y seis millones de barriles diarios.
La recuperación del sector ha ido muy lenta, y si en los primeros meses la demora se achacaba casi exclusivamente a la falta de seguridad, ahora se admite que lo que más perjudica al desarrollo del sector energético iraquí es el retraso en la elección de una autoridad reconocida para el país.
La falta de autoridad inhibe a cualquier empresa a hacer la mínima inversión. Las empresas petroleras, incluyendo las españolas, están listas para desembarcar en Irak en cuanto un Gobierno iraquí reconocido emprenda el proceso de licitación de yacimientos productivos y nuevas zonas de exploración.
La entrada de empresas en Irak sería además muy rápida, ya que poner en marcha un campo de producción de crudo es más barato allí que en otros países de la región por el tipo de subsuelo. Dadas las características geológicas del país, se necesitan menos perforaciones que, digamos, en Irán o Argelia. Esto supone un importante ahorro para las compañías, por lo que ninguna dudará en entrar en Irak en cuanto se abran las puertas a sus 120.000 millones de barriles de reservas probadas.
Irak necesita no menos de 1.200 millones de euros de inversión sólo para recuperar su producción previa a la guerra y reforzar la escasa producción de sus refinerías.
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