Una modesta tienda de ropa

Unos fuertes golpes despertaron a los vecinos de la calle de Caravaca, en el barrio madrileño de Lavapiés, a las siete de la mañana de ayer. La policía tuvo que emplearse a fondo para romper el cierre de la tienda Afila, propiedad de una familia marroquí, y poder acceder al interior de este establecimiento de venta de ropa al por mayor. Este local ya fue registrado en noviembre de 2001, porque su dueño, Said Chedadi, fue detenido por supuesta pertenencia a una célula de Al Qaeda. Éste permanece en la prisión de Soto del Real (Madrid).

Ahora, quien ha sido detenido es un hermano de Chedadi, Mohamed, que actualmente estaba al frente del negocio. La policía comenzó los registros sobre las 21.00 del miércoles en su domicilio, en el que residía con sus padres y el resto de hermanos: en un piso del distrito de Carabanchel, cerca de la avenida de Oporto. La inspección de la casa de Mohamed fue exhaustiva, ya que duró más de siete horas.

Después, la comisión judicial -en la que estaban los agentes de Información y de Policía Científica- acudió sobre las 6.00 a la calle de Caravaca. El detenido fue cubierto con una cazadora verde oscuro para ocultar su rostro. "La tienda abrió hace unos siete años. Se dedica a venta de todo tipo de ropa [sobre todo, camisas] y perfumes. Ahora trabajamos un encargado y dos empleados", señaló un empleado.

Los vecinos destacaron que el comercio no causaba ningún problema en la zona y que sus empleados son apreciados por los residentes. Otro de los hermanos de Mohamed, presente en la zona durante el registro, defendió la inocencia de su hermano. "Aquí no ha pasado nada y sólo nos dedicamos a vender ropa. Eso no es ningún delito", señaló.

La comisión judicial sacó varias cajas de cartón con objetos del interior de la tienda. El comercio volvió a funcionar normalmente durante el día de ayer. "La policía ha destrozado el cierre. Sólo arreglar la cerradura me ha costado 350 euros", comentó indignado uno de los hermanos Chedadi.