Veinticuatro lápidas
Se propone la colocación de 24 lápidas en las calles de la ciudad. La propuesta nace de las circunstancias y de un recuerdo. De cuando de joven en la calle de Cadena descubrí una placa en memoria del Noi del Sucre, asesinado la tarde del 10 de marzo de 1923 por matones al servicio de empresarios. El aire de aquel callejón daba entonces la tradicional combinación de orines y lejía y era mal sitio incluso para vivir. Pero el recuerdo, como los atardeceres, lo ennoblece todo. Así, es la mejora del paisaje urbano, una razón estética, la que me motiva a solicitar de las autoridades que sea tenida en cuenta la posibilidad de colocar 24 placas en los 24 lugares donde una serie de hombres cayeron entre los 25 años de 1975 a 2000.
El terrorismo ha dejado su siniestra huella en la geografía de la ciudad. Se propone un recordatorio para los últimos 25 años de muerte
Caspe, 70, adonde llegó el 6 de junio de 1975 Ovidio Díaz López, policía, después de que un empleado del banco hiciera sonar la alarma al ver a un grupo que gritaba, pistola en mano, "esto es un atraco político".
Hospital de Vall d'Hebron, en su pagaduría, donde el 29 de septiembre de 1975 cayó el policía Diego del Río Martín, ametrallado por cinco miembros de los GRAPO que se llevaron su vida y 32 millones.
Avenida de Montserrat, 24..., donde el 3 de noviembre de 1976 cayó el vigilante jurado Victoriano Cobo Sánchez, por las balas del que le gritó "tú mataste a un compañero hace una semana" y disparó.
Casa Mora, 1, donde el 9 de mayo de 1977 comía José María Bultó y cinco falsos empleados del gas le colocaron una bomba en el pecho, que explotó.
Avenida de Madrid, 11-21, donde el 4 de junio del 1977 cayeron Rafael Carrasco Lamas y Antonio López Cazorla delante del cuartel de la Guardia Civil y uno cayó por auxiliar a otro.
Plaza de Castella, donde el 20 de septiembre de 1977 una bomba para el semanario El Papus destrozó al conserje Juan Peñalver Sandoval.
Paseo de Sant Joan con Consell de Cent, donde el 15 de enero de 1978, varios cócteles mólotov arrasaron Scala, popular sala de fiestas, y el incendio subsiguiente acabó con cuatro empleados, Ramon Egea, Juan Manuel López, Bernabé Bravo y Diego Montoro.
Paseo de Gràcia, 69, donde Joaquín Viola y su esposa, Montserrat Tarragona, murieron juntos el 25 de enero de 1978, al explotar la bomba que miembros del Exèrcit del Poble Català habían cosido al pecho del que había sido alcalde.
Gran Via con Roger de Flor, donde cayó el 28 de agosto de 1978 Luis Antonio Rodríguez García, que era de Valdepeñas y sobre el que dispararon mientras montaba guardia en Correos.
Espronceda con Pujades, donde cayó Simón Cambronero el 8 de febrero de 1979, mientras atendía el reparto de bombonas de butano, y dispararon contra él miembros del Front d'Alliberament de Catalunya.
Gran Via de Carles III, 81-85, donde el 2 de septiembre de 1980 cayeron el general Briz y el soldado escolta Marcos Vidal, a una hora pronta de la mañana, y por los disparos de tres jóvenes que iban bien vestidos.
Hedilla, 2, donde estuvo el bar La Parra y donde el 4 de mayo de 1981 Justiniano Fernández y Francisco Montengro, guardias civiles, cayeron heridos y fueron rematados, ya que se movían, por dos hombres en mono azul.
Garcilaso con Sagrera, donde el 26 de abril de 1982 cayó Diego García Calderón. Los hombres les dispararon y luego las mujeres le arrancaron del cinto su arma.
Plaza de Espanya, donde a las 10.13 horas del 14 de octubre de 1986 la explosión de un coche bomba mató a Ángel González Pozo, sevillano de 28 años, destrozado por eslabones y tornillos.
Moll d' Espanya, exactamente en el paso de Sota Muralla, donde explotó un coche el 27 de marzo de 1987 y cayeron 19 personas, y entre ellas sólo Antonio González Herrera murió.
Vizcaya con José Estivill, donde el 2 de abril de 1987 un coche bomba explotó al paso de un furgón de la Guardia Civil y mató a José Fructuoso Gómez, que era camarero y salía del Frankfurt Jobí.
Hipercor, donde el 19 de junio de 1987...
Caballero, 58, donde el 13 de diciembre de 1991 murieron Antonio Garrido Martínez y Francisco Delgado González, cuando les dispararon, como se escribía entonces, sin mediar palabra.
Palaudàries junto al paseo de Montjuïc, donde cayó el comandante Arturo Anguera Vallés, tiroteado por Urrusolo Sistiaga, el 8 de enero del año olímpico de 1992.
Jordi Girona, al lado del cuartel del Bruc, donde el 16 de enero de 1992 cayeron los músicos, con rango de suboficiales, Juan Querol y Virgilio Mas.
Tenor Massini, 106, donde cayó el coronel Leolpoldo García Campos, asesinado a bocajarro mientras trataba de entrar en su casa, el 7 de febrero de 1994.
Paseo de Colón, frente al Gobierno Militar de Barcelona, donde el 18 de abril de 1994 cayó, al alcanzarle una granada, Vicente Beti Montesinos, transeúnte.
Avenida de Chile, 34-40, en el garaje, donde la noche del 21 de noviembre del año 2000 cayó Ernest Lluch después de que tratara de huir de sus asesinos.
Diagonal, 650, donde cayó el policía municipal Juan Miguel Gervilla después de que la mañana del 20 de diciembre de 2000 se acercara a ayudar a dos hombres que empujaban un coche.
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