El Gobierno activó por primera vez en España el plan de emergencias para catástrofes
La Comunidad de Madrid coordinó a más 100.000 personas en las primeras horas
Los cuatro atentados que causaron al menos 200 víctimas el pasado jueves supusieron la puesta en marcha por primera vez en la historia de España del plan especial para catástrofes. Más de 100.000 personas de toda la Comunidad de Madrid estuvieron coordinadas por el Gobierno regional, a cuyo frente se encontraba el vicepresidente segundo y consejero de Justicia e Interior, Alfredo Prada Presa, y por su equipo de colaboradores. "La respuesta de todos los servicios fue inmejorable, ya que todos los servicios de emergencia actuaron de manera coordinada", señala el consejero madrileño.
Eran las 7.37 del pasado jueves cuando el teléfono de emergencias de la Comunidad de Madrid 112 recibió la primera llamada de petición de auxilio: "Acaba de explosionar una bomba en un tren en la estación de Atocha". Así de escueto fue el mensaje de un comunicante anónimo, que alertaba de la catástrofe más importante registrada en España en las últimas décadas. Casi de forma simultánea otras dos llamadas daban el mismo aviso.
El consejero Prada fue informado justo un minuto más tarde: "A partir de ahí, se puso en marcha en alerta a todos los servicios de emergencia de la Comunidad de Madrid". Según iba sucediéndose la cadena de atentados, la situación se hacía más difícil y crítica. Eso motivó una reunión urgente de un gabinete de crisis formado por el ministro del Interior, Ángel Acebes; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón; el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Javier Ansuátegui, y el propio Prada, entre otras autoridades. Fue en ese momento cuando se activó el nivel III del Plan de Protección Civil para Emergencias de la Comunidad de Madrid (Platercam). Esto supone que el Gobierno central se hace cargo de una crisis de grandes magnitudes.
Sin embargo, Acebes delegó toda la coordinación y distribución de efectivos en la Comunidad de Madrid, y más concretamente en Prada. A partir de ahí se puso en marcha la maquinaria para atender una catástrofe que temporalmente se ha saldado con 200 víctimas mortales. "Un punto clave para resolver este punto fue contar con un centro perfectamente equipado como el 112", señala el consejero. Allí se reunió el nuevo gabinete de crisis que lo formaron responsables de todos los servicios de emergencia de la región: Samur-Protección Civil, bomberos, Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil, Cruz Roja, Policía Municipal, Protección Civil y Protección Ciudadana, entre otros.
Decisiones muy rápidas
En esa sala se tomaron las decisiones más importantes, como la distribución de efectivos y su coordinación en el escenario de los atentados. "Hubo que tomar decisiones muy rápidas y sobre la marcha. Desde luego, fue fundamental contar con un gran equipo de profesionales que desde el primer momento tuvo conciencia de la magnitud y gravedad de lo que había ocurrido", señala Presa.
Uno de los puntos en los que se hizo especial incidencia fue la información al ciudadano. En momentos de crisis es fundamental este aspecto para evitar que las personas deambulen de un lado a otro de una gran ciudad como Madrid en busca de sus familiares, amigos o allegados. Acebes encargó ex profeso que la información la centralizara el 112. El problema surgía con las llamadas de otras provincias. Cruz Roja puso un teléfono 902 con 60 operadores para estos comunicantes. "Fue un gran alivio difundir rápidamente estos teléfonos porque la gente no tenía que llamar hospital por hospital. También frenábamos su nerviosismo y su angustia. El teléfono de la Cruz Roja nos descargó de mucho trabajo", confiesa Prada. En las primeras 24 horas, los operadores del 112 atendieron unas 21.000 llamadas, de las que más de 6.300 fueron atendidas por psicólogos voluntarios. El tiempo medio de espera para ser atendido fue de 22 segundos y la llamada que más tardó en ser respondida por los operadores fue dos minutos y 37 segundos.
Todos los comunicantes eran personas que querían saber dónde estaban sus personas más cercanas. Según iban llegando los listados de los heridos, eran informados. "Además fue un acierto publicar los listados de las víctimas en la página web del servicio 112 porque todos estos adelantos sirven para que la gente pueda acudir directamente y consultar", añade Presa. Además, enseguida se logró que un equipo de psicólogos atendiera a los familiares de los fallecidos.
"Es de agradecer el enorme trabajo de miles de ciudadanos y colectivos que se han ofrecido como voluntarios. Desde los taxistas, que llevaron a los familiares gratis en los traslados, hasta una empresa que nos dejaba uno de sus hoteles para alojarlos", señaló el consejero de Justicia e Interior. Éste llamó a primera hora al juez decano de Madrid, José Luis González Armengol, quien suspendió todos los juicios y diligencias previstas para ese día. Todos los magistrados de la capital se pusieron a disposición de sus homólogos de la Audiencia Nacional para acelerar el levantamiento de los cadáveres.
Sobre el mediodía, bajo las órdenes directas o indirectas de Prada había más de 100.000 personas, pertenecientes a las tres administraciones, colaborando en el rescate y atención a las víctimas y a sus familias.
Depósito improvisado
Uno de los principales problemas era qué hacer con los cadáveres. El Instituto Anatómico Forense de Madrid se enclava en la Ciudad Universitaria. Sólo tiene capacidad para unos 25 cadáveres, por lo que carecía de capacidad para hacer las autopsias a tantas víctimas: "Necesitábamos un espacio grande en el que pudiéramos atender a las familias, y otro en el que los forenses pudieran hacer su trabajo de forma tan precisa como en el Instituto Anatómico Forense. Por eso, contactamos rápidamente con los directivos de los recintos feriales de IFEMA", agrega Prada.
Para hacer las autopsias se desplazaron a los recintos feriales los 83 forenses y 15 auxiliares con que cuenta la Comunidad de Madrid. Fueron apoyados por otros 12 médicos llegados de Cataluña, Extremadura y Galicia. A las salas trasladaron todo el material médico y logístico necesario: equipos quirúrgicos, fotográficos, camillas, material de oficina...
Los médicos hicieron sus estudios forenses a conciencia para evitar fallos en la identificación de los cadáveres o problemas a la hora de entregárselos a sus familiares. El supuesto error en la identificación de los 62 militares muertos en el accidente del avión Yak-42, ocurrido el pasado 26 de mayo en Trabzon (Turquía), estaba aún muy reciente como para caer en los mismos fallos. De esta forma, los familiares del atentado del pasado jueves en Madrid han identificado a sus allegados a través de fotografías o directamente viendo el cadáver, si así lo han solicitado.
"Se han hecho unas 190 autopsias en un tiempo récord. El tanatorio improvisado empezó a funcionar a la una y media de la tarde del jueves y fue cerrado a las dos de la madrugada del sábado. Es un hito en el que han participado a la vez los forenses y la Policía Científica para identificar a los fallecidos. La última autopsia que se hizo fue de un bebé de siete meses", concluye Prada.
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