Los obispos tachan de inmoral "el trato político" con ETA y piden serenidad

El Papa y los obispos clamaron ayer, al unísono, contra la matanza perpetrada en Madrid expresando que no es moralmente posible el "trato político" con ETA. También pidieron que no se reaccione "con odio" porque serviría a los fines de los terroristas. El cardenal Rouco, de viaje en Roma, regresó inmediatamente a Madrid y decretó que los sacerdotes de la archidiócesis oficiaran misas por los fallecidos y el consuelo de sus familias.

El Papa alzó su voz de condena con un enérgico telegrama firmado en su nombre por el secretario de Estado vaticano, cardenal Angelo Sodano, y remitido al cardenal Antonio María Rouco, arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española. "Al conocer la triste noticia de los execrables atentados, que han causado tantos muertos y numerosísimos heridos entre los ciudadanos que se dirigían a sus puestos de trabajo, y con crueldad han sumido en dolor a sus familias y a la sociedad española, el Santo Padre reitera su firme reprobación de tales injustificables actos que violan el fundamental derecho a la vida y socavan la pacífica convivencia", dijo el pontífice romano antes de alentar "al pueblo español a proseguir sin desánimos el camino de una convivencia serena".

También desde Roma, donde se encuentra desde hace días preparando su relevo en el arzobispado de Barcelona, el cardenal Ricard Maria Carles se confesó "conmocionado por la tragedia que ha caído sobre la población de Madrid". "Repetimos a ETA que lo único que tiene que hacer es anunciar su disolución", dijo. Los obispos de Bilbao, Ricardo Blázquez y Carmelo Echenagusía, condenaron la "monstruosidad de ETA". "Nos unimos al sufrimiento de la sociedad entera", dijeron en un comunicado en el que convocan a un funeral "por las personas asesinadas en este brutal atentado". Se celebrará en la catedral de Bilbao a las siete y media de la tarde de hoy.

El Comité Ejecutivo episcopal, en un comunicado leído por su portavoz, Juan Antonio Martínez Camino, señaló que ETA ha perpetrado el atentado "más sangriento de su ya larga historia de terror criminal". "Es una organización intrínsecamente perversa, cuyas raíces se hallan en un tipo de nacionalismo totalitario e idolátrico. ETA considera un valor absoluto la independencia del País Vasco y para conseguirla no ha cesado de pisotear las bases mismas sobre las que se sustenta el bien común y la paz, es decir, el respeto a los derechos humanos, ante todo, el derecho a la vida", añade la Conferencia Episcopal antes de concluir que "no es moralmente posible el trato político con ETA, ni directo ni indirecto". "Reaccionar con odio indiscriminado frente a estos crímenes, en la medida en que divide a la sociedad en bandos irreconciliables, favorece los fines de los terroristas y acepta sus tesis del conflicto irremediable", recalca.

El obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, es miembro relevante del Comité Ejecutivo episcopal, junto con los cardenales Rouco y Carles, los arzobispos Fernando Sebastián (Pamplona) y Elías Yanes (Zaragoza), el obispo Antonio Dorado (Málaga) y el portavoz Martínez Camino.