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La salud del chip es un termómetro económico

El año pasado empezó a recuperarse el mercado mundial de semiconductores, con 155.000 millones de facturación mundial. Se prevé que este año crece el mercado mundial de chips entre el 19 y el 31%, con lo que se rozarán los 200.000 millones de dólares.

El dato no es baladí, porque el chip es el termómetro actual para medir la salud de la economía de un país. Para saber cómo va la economía en España, los analistas financieros se fijan en el ladrillo, o en la producción de cemento, es decir, en la construcción. Sin embargo, en otras sociedades desarrolladas, como la norteamericana y, más concretamente Silicon Valley, por la fabricación de chips se sabe la salud del sector tecnológico, de los ordenadores de HP a los teléfonos móviles.

La facturación de chips en el año 2003 no llegó, sin embargo, a la cifra del año 2000, con 204.400 millones de dólares. En 2001, cayó a los 139.000 millones, la peor recesión de la historia del mercado de semiconductores.

La recuperación en el futuro provendrá más del crecimiento de los precios que del aumento de las ventas de chips, según la consultora Semicon.

En este año, los principales mercados para los chips seguirán siendo los ordenadores y los teléfonos móviles, con el 30% y 12% del total, respectivamente. Otros grandes mercados son los reproductores de DVD, las antenas y tarjetas inalámbricas y las aplicaciones en el automóvil.

Para la industria de chips, esto significa tener una base amplia de aplicaciones para sus productos.

A medio plazo, sin embargo, la industria reconoce la necesidad de encontrar nuevas aplicaciones, sobre todo con el brutal aumento de producción que habrá con el empleo de obleas de 300 mm y tecnología de 90 nanómetros.

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