"España está hoy en el rincón, en la cuneta de la historia"

Miguel Ángel Moratinos responde a esta entrevista en Madrid, en un alto de su campaña.

Pregunta. ¿España es más grande en el mundo, gracias al PP?

Respuesta. No, todo lo contrario. Es más pequeña y está en el rincón de la historia, en la cuneta de la historia. Ha perdido peso e influencia en Europa, en Naciones Unidas, en Iberoamérica y en toda la construcción de la comunidad internacional. Se ha roto la posibilidad de crear una Europa fuerte y solidaria, se ha roto el consenso dentro de los principales países de la Unión Europea dentro del Consejo de Seguridad, cuando había la ocasión histórica de cohesionar la voz europea en Naciones Unidas, y se han roto todas las posibilidades de lanzar a Naciones Unidas y al multilateralismo eficaz en un momento de cambios profundos en el sistema internacional. En todos esos temas, España ha desempeñado un papel de obstáculo y de retraso. Y esto es algo que afecta de manera directa a intereses cotidianos económicos, como la subida del precio del petróleo; también de seguridad, pues se ha roto la coalición internacional contra el terrorismo, al iniciar una guerra desleal, injusta y falaz, y España se ha convertido en objetivo de los grupos fanáticos religiosos. Nos estamos enfrentando, además, al mundo árabe y musulmán sin una respuesta creativa y solidaria.

"Yo digo que estamos asistiendo a una privatización de la política exterior"

P. ¿Cree que el PP puede tener voluntad y capacidad para corregir el rumbo, sobre todo en el tema europeo?

R. No, porque el grave error estratégico de la política exterior del PP es conceptual. No se dan cuenta de que, para fijar políticas nacionales, lo primero que hay que saber es dónde se está en el mundo. No podrá regresar a Europa porque la Europa en que quiere participar ya no existe. No es una Europa en la que ellos vayan a recibir fondos estructurales... Ellos no crean Europa, sólo reciben de Europa, y para recibir hace falta compartir, crear, participar, y ellos no creen en eso. Creen que basta tener una relación bilateral con EE UU, que les podrá retornar al viejo sueño del imperio español, pero eso son políticas del siglo XIX que no corresponden a los retos del siglo XXI.

P. ¿Cuál es el mayor reproche que le hace al actual equipo directivo de la política exterior española?

R. Que haya roto la política de Estado, y no digo la política de consenso, sino política de Estado, la que tiene que defender de manera cohesionada y responsable los intereses españoles; que no se hayan debatido ni explicado los cambios, ese golpe de timón que dio Aznar por una decisión privada. Yo digo que estamos asistiendo a una privatización de la política exterior, y el señor candidato del PP no se ha desvinculado ni ha presentado un programa serio y consecuente en este tema.

P. Rodríguez Zapatero prometió que, si gana las elecciones y en julio la ONU no ha asumido el mando en Irak, las tropas españolas volverán a casa. ¿Es una promesa realista? ¿Se puede salir de Irak de estampida?

R. No es de estampida. Primero, dedicaremos todo nuestro esfuerzo a restablecer la centralidad de la ONU. Propondremos una convocatoria urgente del Consejo de Seguridad. Hablaremos con Estados Unidos y con los europeos. Pero si observamos que, por razones que se nos escapan, no es posible esa centralidad, los españoles comprenderán que su Gobierno legítimo y responsable no puede ser cómplice de una operación que está condenada al fracaso y que no es un instrumento de paz.

P. ¿Cree que es posible reabrir la negociación sobre Gibraltar, si Londres insiste en que la vía de la soberanía compartida está cerrada?

R. Hay que insistir en reabrir las negociaciones y concluirlas. Hubo una época, cuando era ministro de Exteriores Josep Piqué, en que estuvimos muy cerca. Hace falta imaginación, tenacidad y creatividad en las fórmulas presentadas, y desde luego todo ello se hará si avanzamos en la construcción europea. Con una Constitución europea quedará de manifiesto al anacronismo brutal de la situación gibraltareña.

P. ¿A Marruecos habría que darle alguna perspectiva de futuro sobre Ceuta y Melilla?

R. No, nuestra batalla con Marruecos es una batalla por la democratización, por la reforma educativa, la reforma social... Lo que tenemos que mandar a Marruecos no son soldados, sino profesores, inversores, equipos culturales, facilitar la llegada de sus ciudadanos a nuestro país. Hay que crear un pacto político verdadero que dé paso a una verdadera conciencia en las dos sociedades de que tenemos que tener conciencia de que tenemos que tener una relación que esté por encima de cualquier vaivén o crisis coyuntural. Ceuta y Melilla hay que mantenerlas como están. Son territorio español, y hay que encapsular el problema. No se puede abrir en estos momentos una discusión, cuando hay tantos elementos importantes y esenciales en la relación entre España y Marruecos.