El Ejército israelí mata a 15 palestinos en un ataque a dos campos de refugiados
Cuatro menores mueren durante la represalia por el atentado suicida fallido del sábado
Quince palestinos, entre ellos cuatro niños de entre ocho y 16 años, murieron ayer en los campos de refugiados de Nusseirat y Bureij, en el corazón de la franja de Gaza, tiroteados por el Ejército israelí, en una de las más sangrientas incursiones perpetradas por los soldados en los últimos meses. Hamás, Yihad Islámica y los Comités de Resistencia Popular han anunciado en un comunicado conjunto "una dolorosa venganza por la masacre cometida por el enemigo sionista". La Autoridad Nacional Palestina trata, por su parte, de convocar una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU.
El primer ministro palestino critica el silencio del mundo ante los desmanes israelíes
La operación contra los campos de refugiados de Nusseirat -en el que residen 64.223 personas- y el de Bureij -con una población de 30.059 vecinos-, que se encuentran en el centro de la franja de Gaza, separados por una gran avenida, se inició ayer poco antes del alba. En la operación intervinieron una treintena de blindados, protegidos por dos helicópteros de combate Apache, que cerraron herméticamente las entradas a los barrios, al tiempo que francotiradores de élite eran apostados en los tejados de los edificios más altos.
Abajo, en la calle, mientras los soldados anunciaban por los altavoces que se imponía el toque de queda y que se prohibía a la gente salir de sus casas, las fuerzas especiales asediaban los domicilios de tres familias de conocidos activistas -los Quwaider, los Aliyan y los Ghazal- conminando a los moradores a rendirse. Testigos presenciales aseguran que en la operación los soldados usaron al menos a uno de los vecinos como escudo humano para entrar en uno de los edificios.
La respuesta fue contundente. Desde los altavoces de las mezquitas, los dirigentes de los grupos radicales llamaron a todos los hombres a salir a la calle, empuñando las armas. Se iniciaba de esta manera una serie de enfrentamientos, desiguales y esporádicos, que duraron cerca de siete horas, en el transcurso de los cuales se registraron 15 muertos: nueve activistas, dos civiles y cuatro niños. Los militares se retiraron a las diez de la mañana tras siete horas de incidentes y tiroteos.
Un portavoz del Ejército de Israel anunciaba a media tarde que la operación había tenido como objeto "prevenir ataques terroristas contra objetivos israelíes, entre ellos la colocación de artefactos explosivos y el lanzamiento de cohetes antitanque". Por su parte, los soldados entregaron notas en las que justificaban la acción militar a los habitantes de las casas que ocuparon. Afirmaban estas misivas que los allanamientos eran debidos a la presencia de "elementos terroristas" en las viviendas. "En la zona donde vives actúan terroristas que con sus actividades nunca consiguen para ti ni para el pueblo palestino ningún logro y ni un rayo de esperanza", afirma en uno de sus párrafos el comunicado entregado a los vecinos y que estaba firmado por el "Liderazgo de las Fuerzas del Ejército de Defensa Israelí". El jefe del Estado Mayor israelí, el general Moshe Yaalon, anunció, por su parte, que en fecha inminente se lanzarían otras operaciones militares similares contra los palestinos.
La incursión contra Nusseirat y Bureij fue una respuesta directa al ataque que las fuerzas de la resistencia palestina perpetraron de manera coordinada contra el puesto fronterizo de Eretz, en el transcurso de la cual murieron cuatro activistas y dos policías palestinos. En el ataque contra Eretz los radicales utilizaron tres jeeps camuflados y manipulados como si fueran vehículos israelíes, lo que permitió a uno de ellos llegar hasta el puesto fronterizo, en el interior del territorio de Israel.
Ayer, mientras la comunidad internacional, encabezada por Francia, criticaba la acción del Ejército israelí, la Autoridad Nacional Palestina reclamaba una convocatoria urgente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Por su parte, el primer ministro palestino, Ahmed Qurei, se preguntaba en voz alta ante la prensa extranjera: "¿Cómo osan hablar de evacuación en los asentamientos judíos de la franja de Gaza, cuando Israel continúa sus masacres y sus crímenes diarios contra nuestro pueblo indefenso?". El jefe de Gobierno palestino criticó y lamentó también el silencio del mundo ante los desmanes israelíes.
El campo de refugiados de Nusseirat, el blanco más importante de la incursión israelí, fue ya atacado el pasado 20 de junio por los soldados, en una polémica operación en la que se utilizó armamento secreto y nunca desvelado, que causó la muerte de nueve civiles, entre ellos un doctor, cuando trataba de atender a un grupo de 70 heridos. El Ministerio de Defensa israelí se vio obligado en aquella ocasión a comparecer a puerta cerrada en el Parlamento a petición de la oposición, que exigió conocer detalles sobre el tipo de arma empleado en el ataque.
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