Sitges, o cómo educar en barracones
Aprovechando que en este momento nos encontramos de plena campaña electoral, en la que a nuestros líderes se les atragantan tantas buenas intenciones y promesas, quiero denunciar la situación en la que se encuentran desde hace más de cinco años 200 niños del CEIP María Osso en Sitges.
En esta Cataluña del Fòrum, el futuro tren de alta velocidad y tantos otros grandes proyectos, parece ser que no es relevante para nuestros gobernantes que nuestros hijos se estén educando durante más de cinco cursos escolares en barracones prefabricados.
El proyecto del nuevo colegio ya sufrió graves retrasos con la anterior Administración y, pese a los cambios producidos tanto en nuestro Ayuntamiento como en la Generalitat, nos encontramos en la misma o peor situación. En el próximo año escolar, el colegio deberá de acoger nuevos alumnos, pues todos los colegios del municipio tienen sus clases saturadas, lo cual se solucionará con más módulos y peores condiciones. Las obras no tienen visos de comenzar en un futuro próximo, y lo más seguro es que nuestros hijos deban pasar al menos otros dos cursos en estas condiciones tercermundistas.
No quiero entrar en los graves problemas de transporte que padecemos debido a la caprichosa ubicación que se le dio al centro. En sus anteriores campañas electorales, tanto para las municipales como para las autonómicas, una de las principales promesas de nuestros actuales gobernantes era su apuesta por la escuela pública.
¿Existe algo en este mundo que valga menos que la palabra de un político? Señores del tripartito, no cuenten con mi voto en estas elecciones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.