"Irak necesita sus propios Pactos de La Moncloa"
Carina Perelli es la mujer que organizará las elecciones en Irak. Responsable de la unidad electoral de la ONU, una división que, como ella misma reivindica, "contradice todos los rumores de ineficiencia de Naciones Unidas", Perelli volverá en las próximas semanas a Bagdad para ayudar a los iraquíes a decidir su futuro. Ya formó parte de la misión encabezada por el enviado especial, Lakdar Brahimi, y pudo comprobar sobre el terreno la "gran voluntad de diálogo" de todas las partes. Irak, dice, necesita elaborar sus propios "Pactos de La Moncloa" para llevar a cabo su transición. Esta politóloga uruguaya, de 46 años, que lleva desde 1998 en el puesto, se encarga también, con un equipo de tan sólo 10 personas, de otras 53 operaciones electorales en países como Afganistán, Congo y Liberia.
Pregunta. ¿Se celebrarán elecciones antes de fines de año?
Respuesta. Para organizar cualquier elección se necesitan acuerdos de base que deben ser negociados y que determinan el éxito del proceso. Vi mucha voluntad de diálogo, más de lo que se percibe leyendo la prensa. Por ejemplo, aunque no haya ley de partidos, ya se han constituido de forma espontánea unas 200 formaciones políticas. Muchas van a morir, otras tendrán que hacer alianzas, pero es buena señal. Una elección tiene la gran ventaja de que cuando está bien hecha, fuerza el diálogo de todos con todos. Al realizarse en un espacio público, permite sobreponerse a la cultura del miedo creado por un régimen de terror.
P. El gran ayatolá Al Sistani ya ha dicho que acepta postergar los comicios, pero exige garantías de la ONU.
R. Me parece una respuesta razonable aceptar que técnicamente es imposible llevar a cabo las elecciones antes del 30 de junio, pero Al Sistani tampoco quiere un proceso que se vaya a alargar de forma permanente. Por lo que he entendido, ha pedido una resolución de la ONU que garantice que no va a haber más cambios en el proceso.
P. ¿Cómo se pueden organizar unas elecciones si no sabe qué tipo de Gobierno provisional asumirá el poder?
R. Estamos muy acostumbrados a trabajar en sociedades en transición. Ya nos pasó en Timor Oriental, entre otros muchos ejemplos. Las cosas no suelen funcionar sobre la base de la continuidad sino de la contigüidad. Los procesos van en paralelo. Parece más complicado, pero no lo es. El diálogo hace que la gente piense en alternativas distintas de los esquemas habituales. Para nosotros es algo natural, pensar en diseños institucionales muy complejos.
P. Pero en las otras transiciones, la ONU estaba a cargo. Aquí no. ¿Cómo coordinará su trabajo con la coalición?
R. En parte, las garantías que quiere Al Sistani son ésas. Cuando estuvimos en Bagdad, la impresión que tuvimos es que había habido una decisión política por parte de los países ocupantes de dejarle el espacio a la ONU para que trabaje como sabe hacerlo. Ésas son las precondiciones con las que entramos. No sé si nuestro método es mejor que el de otros, sé que sabemos hacerlo porque lo hemos demostrado en muchas operaciones. La garantía también viene de los iraquíes, la mayoría de los actores quiere que la ONU esté presente. Es lo que pudo comprobar Brahimi, que es un mago de las negociaciones. Pero se necesita un proceso de diálogo que sea mucho más inclusivo y que cuente con los que están dentro del Consejo de Gobierno y los que están fuera. No nos pusieron ningún tipo de trabas cuando planteamos incluir a gente que hasta ahora no había participado en las conversaciones. Necesitamos algo como los Pactos de La Moncloa. Cuando se está inventando un futuro común no se puede excluir a ninguno de los actores, porque éstos serán los que luego estén tentados de recurrir a la violencia. Es la diferencia entre política de Estado y política de Gobierno.
