Más de 50 ensayos avalan la terapia que corta el aporte de sangre al tumor

Reducir el aporte de sangre a los tumores inhibiendo la formación de vasos sanguíneos para que no transporten nutrientes a la células cancerígenas es una terapia que se confirma como una nueva vía en la lucha contra el cáncer, según explicó la semana pasada en Barcelona Peter Carmeliet, director del Instituto de Biotecnología de Flandes. Esta terapia, que comenzó a plantearse en la década de 1970, ha superado con éxito más de 50 ensayos clínicos en EE UU y ha pasado los controles definitivos, en julio de 2003, según precisó este experto en unos encuentros sobre oncología organizados en el hospital de Vall d’Hebron de Barcelona.

La primera terapia antiangiogénica efectiva (que impide la formación de vasos sanguíneos) consiste en disminuir la irrigación de los tumores para que éstos reduzcan su tamaño, impidiendo la progresión del cáncer, indicó Carmeliet. Así, es básico el control de la formación de la angiogénesis, porque "los vasos sanguíneos transportan el oxígeno y los nutrientes a las células de nuestro cuerpo, pero nutren también a las cancerígenas, que, sin ellas, no podrían crecer", añadió.

También puede resultar efectivo para tratar otras enfermedades, principalmente la ceguera en las personas con diabetes, pero también se va a estudiar su uso en terapias contra la obesidad, fracturas óseas, algunos problemas dermatológicos y ciertas enfermedades neurodegenerativas, como el alzheimer o la esclerosis.