Llueve sobre mojado
Vecinos de áreas inundables sufren sucesivas riadas sin que lleguen los medios para evitarlas
Juan Manuel Domínguez lleva 14 años viviendo en su casa de la calle Cantarranas en el municipio de Cantillana (Sevilla) y ya ha perdido la cuenta de las veces que ha tenido que salir corriendo porque el agua de la lluvia se le metía en el salón. La última vez, la tarde del pasado martes. "El agua fue subiendo por la tarde, a las ocho empecé a sacar las cosas y las 10 me fui. El agua llegaba al umbral", contaba el jueves tras pasar la mañana quitando agua y barro.
La lluvia de la pasada semana obligó a desalojar a 21 familias de Cantillana. Casi siempre son las mismas. Las que viven en las calles Cantarrana y Extremadura, que no pueden tragar el agua que suelta el río Viar cuando se desborda. Juan Manuel ya conoce la rutina: "Me llevo lo básico. La televisión, la radio, el video y poco más". Lo demás está todo mojado e inservible. Juan Manuel se mudó el martes a casa de su madre y, aunque la suya ya está seca, tendrá que esperar a volver a reponer los muebles esenciales. "Ya los compraré poco a poco", afirma con la resignación que da la costumbre.
Todavía recuerda la inundación de 1996, la peor de los últimos años. "Aquella vez se tapó la casa entera", cuenta. La suya, de planta baja, se inundó, pero también los edificios más altos. "La mía es de las altas y nos tuvimos que ir. Casi todo el mundo tuvo que salir corriendo", recuerda otro vecino.
Supuesta descoordinación
Como ocurre en Cantillana, los vecinos de otros municipios sevillanos como Santiponce o La Algaba también están familiarizados con las evacuaciones a la carrera. Sus alcaldes se quejaban esta semana de la "descoordinación" de las autoridades competentes, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, Protección Civil y la Subdelegación del Gobierno. El pasado martes se activó la alerta por previsión de fuertes lluvias en la zona pero, aseguran, a ellos nadie les avisó y se enteraron por los medios de comunicación de que el embalse de El Gergal había empezado a soltar agua.
En estos dos pueblos los vecinos afectados por las inundaciones también son siempre los mismos y ya saben que cuando llueve con fuerza tienen que improvisar un tabique de ladrillos a las puertas de sus casas. Esta vez, al contrario que en otras ocasiones, nadie les dio la voz de alarma y no pudieron evitar graves daños materiales.
En Huelva, las barriadas Nuevo Parque, Pérez Cubillas y Marismas del Odiel han sufrido tradicionalmente inundaciones ante temporales de lluvia.
El presidente de la Asociación Marismas del Odiel, Matías Lazo, afirmó que, después de las obras realizadas por el Ayuntamiento de Huelva (PP) en 1996, cuando se produjeron preocupantes inundaciones, "el barrio aguanta bastante bien el temporal". Sin embargo, la barriada de Nuevo Parque ha vuelto a sufrir. Su presidente, Miguel Chaves, fue muy crítico: "Cuando llueve todo el barrio está pendiente. Estamos cansados de hablar con el Ayuntamiento para que nos busque una salida porque no podemos dormir por las noches en momentos así. La lluvia ha destrozado muchos sótanos de casas y garajes. A ver si hacen algo de una vez porque esta situación no puede continuar así". Miguel Chaves afirmó que las lluvias siguen afectando a esa barriada a pesar de que el Ayuntamiento insiste en que la empresa municipal Aguas de Huelva ha invertido en los últimos cuatro años dos millones de euros para evitar las inundaciones.
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