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ELECCIONES 2004

El reajuste nacionalista en Guipúzcoa

PNV, PP y PSE-EE se disputan la primera plaza del territorio en un margen de diez mil votos

Guipúzcoa podrá reflejar con más nitidez que ningún otro territorio cómo se va a producir la redistribución del voto nacionalista -participa Aralar como nuevo competidor- tras la ilegalización de Batasuna. Esta formación que ha contado con una enorme bolsa de votos en Guipúzcoa -registra en las generales una constante de unos 75.000- y una especial fidelidad en todos los comicios, tratará, no obstante, de retener una pequeña parte de sus electores con el voto nulo que propugna para mantenerse mínimamente presente. Entre PNV, EA y Aralar-Zutik, la fuerza debutante dispuesta a ocupar el espacio de una izquierda abertzale, se disputan este reajuste electoral del nacionalismo que, además de consolidar la posición de liderazgo del PNV, se concretaría en la batalla por un diputado que, según las primeras encuestas, librarán en Guipúzcoa EA y Aralar.

Las encuestas apuntan que EA y Aralar van a librar una dura batalla por un diputado
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Además de perfilar el nuevo mapa nacionalista, hay otro ángulo de interés en la competición guipuzcoana del 14-M. Según los resultados de anteriores elecciones generales, los tres principales partidos guipuzcoanos, PNV, PP y PSE-EE, compiten por la primacía del territorio en un estrecho margen de diez mil votos y, aunque el PNV sea el mejor situado teniendo en cuenta que aún puede nutrirse de Batasuna, no se puede dar por seguro que siga manteniendo esta privilegiada posición que proporciona un plus de representatividad.

Hace cuatro años, la situación de tregua y la abstención activa impuesta por ETA a la cada vez más descontenta izquierda abertzale beneficiaron ostensiblemente al Partido Nacionalista Vasco que arrebató por sorpresa al PSE-EE la hasta entonces asegurada primera plaza de Guipúzcoa. Esta primacía no la había conocido en unas elecciones generales el PNV desde su escisión 15 años antes, y a ella también contribuyó el bajonazo experimentado por EA -obtuvo 45.000 votos, el registro más bajo de su historia- pese a lo cual se ha resistido a formalizar la coalición.

El partido de Errazti, empeñado en desmarcarse del PNV, se enfrenta ahora a su reubicación en el mapa nacionalista para lo que necesita revalidar su único escaño en Madrid, que le proporciona Guipúzcoa pero que le disputa Aralar, aunque la diferencia de votos entre ambas formaciones sea sustancial. Si hacen falta algo más de 40.000 papeletas para un escaño guipuzcoano, un número que EA tiene bien acreditado, el único resultado hasta ahora conocido de Aralar, en las elecciones forales de mayo, no alcanzó los 20.000. En esta prueba incipiente que supusieron para Aralar los comicios municipales y forales, pudo comprobar que su reserva de votos se encuentra en el interior de Guipúzcoa, principalmente en la comarca del Alto Deba, hasta ahora zona reservada de la izquierda abertzale.

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El debut de este partido constituye otra de las incógnitas que aportarán interés al resultado. ¿Será beneficiaria Aralar de los votos de los descontentos de Batasuna hasta el punto de poder superar a EA, o preferirán la abstención?, ¿Hasta dónde será capaz Batasuna de retener votos nulos o se desplazarán al PNV o a EA siguiendo la tendencia iniciada en las últimas autonómicas, reforzada ahora con la aprobación del plan Ibarretxe?

En cuanto a IU-EB, esta formación fortalecida desde su posición de gobierno, no descarta beneficiarse de un buen puñado de esa riada de descontentos que se han ido descolgando de Batasuna, pero las posibilidades de que su joven candidato, Patxi Coira, alcance una posición de salida son bastante remotas, según los primeros apuntes de las encuestas.

Por su parte, PP y PSE-EE, los dos partidos constitucionalistas que poco a poco han ido ganado posiciones en la provincia más abertzale -en el 2000 alcanzaron un respaldo del 43,4% frente al 56,6% de los nacionalistas- libran su particular batalla por los votos en un espacio mínimo. Aunque en la última década el PSE-EE ha sido el natural ganador de estas elecciones al Congreso y Senado manteniendo la primacía en Guipúzcoa, hace cuatro años los socialistas fueron superados por un PNV pujante en plena tregua etarra, a la vez que sufrían las consecuencias del arrastre de un PP impulsado hacia la mayoría absoluta, que se le coló en la segunda posición por una diferencia de tres mil votos.

El 14-M, PSE-EE y PP se disputan a cara de perro entre sí y con el PNV la primacía del territorio o esa también importante segunda plaza que aportará al ganador el segundo diputado y un senador. En estas elecciones no suele ser decisivo el peso de arrastre de los candidatos locales en comparación con el magnetismo que ejerce sobre el electorado la sigla del partido, o en su caso de los candidatos nacionales, pero habrá que recordar que PNV y PSE-EE modifican sus cabezas de lista tradicionales y presentan al ex diputado foral José Ramón Beloki y al ex parlamentario socialista Manuel Huertas.

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